Piñera, seguro de ganar por méritos propios y por los errores de la Concertación

Santiago de Chile.-  Sebastián Piñera, el multimillonario chileno que en 2006 fue derrotado por Michelle Bachelet, está seguro de que esta vez sí ganará las elecciones, tanto por sus méritos propios como por el hartazgo de los ciudadanos tras veinte años de gobiernos de la Concertación.

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(EFE)

El candidato presidencial de la derecha chilena, Sebastián Piñera, reconoce "las cosas buenas que ha hecho la Concertación, como su contribución a la recuperación de la democracia y a la consolidación de una sociedad pacificada".

"Hace doce años, Chile era uno de los diez países con mayor ritmo de crecimiento del mundo; hoy estamos por debajo del cien". Así resumió Piñera la situación del país que quiere empezar a gobernar en 2010, el año de su bicentenario, en una entrevista con dos agencias internacionales, una de ellas Efe.

Nacido en 1949 en Santiago de Chile, Sebastián Piñera es doctor en Economía por la Universidad de Harvard y uno de los inversionistas más exitosos de América Latina, dueño de una fortuna calculada en 1.000 millones de dólares, según la revista Forbes.

"Entre 1986 y 1997, en la época de las vacas gordas, Chile crecía a un 7 por ciento anual. A ese ritmo, íbamos a llegar al bicentenario como un país desarrollado y sin pobreza, con una renta per capita de 24.000 dólares al año", la misma que tenía España cinco años atrás.

"Pero hoy tenemos casi 800.000 personas sin trabajo, la cifra más alta en la historia de Chile", señala.

"Esa meta se frustró porque las vacas gordas se acabaron cuando en 1998, la crisis asiática fue muy mal enfrentada por (Eduardo) Frei", el ex presidente y de nuevo candidato presidencial de la Concertación, a quien todas las encuestas de cara a las elecciones de diciembre le sitúan por detrás del aspirante de la derecha.

Aunque el 70 por ciento de los chilenos apoya la gestión de la presidenta Bachelet, Piñera insiste en que hay que actuar con urgencia en "muchos frentes".

Subsidiar la contratación de mujeres, crear incentivos tributarios para la inversión privada y fomentar el ahorro son algunas de las medidas económicas que propone Piñera.

"Yo quisiera ser el presidente que logró crear un millón de empleos, derrotar la pobreza extrema y empezar a ganarle claramente la batalla a la delincuencia, que hoy tiene a un país entero de rodillas".

Pero alcanzar estos objetivos dependerá de "que la economía internacional se empiece a recuperar", admite Piñera, quien se niega a aventurar cuánto crecerá el país, si él llega a la Presidencia, en su primer año de mandato.

"Sí tenemos cifras año a año, pero son cifras que manejamos internamente", explica.

Consciente de que hace medio siglo que la derecha chilena no llega al poder por la vía democrática, Sebastián Piñera se muestra convencido de que ahora las cosas van a cambiar "por dos razones: una es negativa, atribuible a la Concertación, y la otra es positiva, atribuible a nosotros".

Ese "nosotros" es la Coalición por el Cambio, el bloque opositor que aglutina desde a fervientes defensores de la dictadura de Augusto Pinochet hasta a ex dirigentes de la Concertación, como Fernando Flores, que fue ministro de Economía en el gobierno de Salvador Allende.

"Después de veinte años, la Concertación está profundamente agotada, sin ideas, sin fuerza, sin entusiasmo. La mayoría de la gente no quiere un quinto gobierno", asegura.

Pero Piñera, que en su juventud fue simpatizante de la Democracia Cristiana, también reconoce "las cosas buenas que ha hecho la Concertación, como su contribución a la recuperación de la democracia y a la consolidación de una sociedad pacificada, y su adhesión a la economía social de mercado".

Piñera se defiende de las críticas de sus detractores, que afirman que él no crea riqueza, sino que invierte en empresas antes de que se incremente su valor de mercado, en algunos casos de forma especulativa.

Y también rechaza que haya conflicto de intereses entre su dimensión como hombre de negocios y sus aspiraciones políticas.

"Hace mucho tiempo que yo opté por mi verdadera vocación, que es el servicio público. Yo he destinado los últimos veinte años de mi vida casi de forma exclusiva al servicio público".

Piñera recuerda que fue senador ocho años, presidente de Renovación Nacional otros cuatro, y además candidato presidencial en 2005 y ahora de nuevo, además de impulsar dos fundaciones.

Para transparentar su fortuna, Piñera decidió en abril traspasar la administración de un tercio de su patrimonio a un fideicomiso en instituciones financieras supervisado por las autoridades.

Además, "si me toca asumir como presidente de la República, (la aerolínea) LAN va a estar vendida", recalca.

Piñera propugna más competencia entre los bancos dando acceso a servicios financieros de instituciones extranjeras y mantener el equilibrio fiscal estructural, "con superávit en tiempos de bonanza y déficit en tiempos de escasez".

También propone que los fondos privados de pensiones participen en un "porcentaje minoritario" en la empresa estatal Codelco, la mayor productora de cobre del mundo.

Y aunque no cree que Chile necesite una nueva Constitución, defiende el voto voluntario, "para incorporar a cuatro millones de chilenos que hoy día no participan" de la democracia.

Respecto a la dictadura de Pinochet, Piñera cree que el régimen militar "hizo grandes modernizaciones institucionales y económicas (...) pero también tuvo graves sombras, como el atropello sistemático de los derechos humanos y la privación de muchas libertades".

"El gobierno militar terminó hace veinte años, y yo no pretendo ser un guardián del pasado, sino que quiero ser un constructor del futuro", asegura.