Frei y Piñera se acusan de enriquecimiento turbio en su primer debate electoral

Santiago de Chile.-  El candidato oficialista, Eduardo Frei, y el opositor Sebastián Piñera, se lanzaron duras acusaciones personales por el origen de sus fortunas, durante la celebración anoche del primer debate para las elecciones presidenciales de Chile.

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(EFE)

Los candidatos a la presidencia chilena Sebastián Piñera (i) de la oposición de derecha saluda al ex presidente oficialista Eduardo Frei (d), durante el debate televisado ayer 23 de septiembre, en Santiago de Chile (Chile). Las elecciones presidenciales se celebrarán en Chile el próximo 13 de diciembre.

Los dos aspirantes que según los sondeos tienen más posibilidades de suceder a Michelle Bachelet se salieron del formato que habían acordado para el debate -transmitido por Televisión Nacional de Chile a todo el país a una hora de gran audiencia- y se enzarzaron en una disputa personal.

Por su parte, el independiente Marco Enríquez-Ominami, tercero en las encuestas, emplazó a ambos a que hicieran público el monto y el origen de los recursos empleados en la campaña, mientras que Jorge Arrate, candidato de la izquierda extraparlamentaria, prefirió quedarse al margen de la polémica.

El coloquio, moderado por el periodista Alejandro Guillier, fue seguido con apasionamiento por 400 invitados, que en varias ocasiones silbaron o aplaudieron los discursos de los aspirantes presidenciales, entre los que no estuvo el senador Alejandro Navarro, que ha renunciado a la carrera presidencial.

Fue el ex presidente Frei quien comenzó echándole en cara al empresario multimillonario Sebastián Piñera que apareciese citado en el "Informe Global de la Corrupción 2009: La corrupción y el sector privado", elaborado por Transparencia Internacional.

El informe menciona en la sección dedicada a Chile al candidato de la derechista Coalición por el Cambio por el abuso de información privilegiada en la compra de acciones de la aerolínea LAN en 2006, un caso por el que Piñera hubo de pagar una multa de 360 millones de pesos (670.000 dólares).

"Hoy día un informe de Transparencia Internacional le hace un cargo muy grave al candidato de la derecha por uso de información privilegiada. Transparencia Internacional es un organismo reconocido mundialmente, y hoy día dice claramente que aquí hubo uso de información privilegiada, y que eso puso en debate la transparencia y la credibilidad del sistema chileno", acusó el senador democristiano.

"Yo me pregunto, y los chilenos también tenemos derecho a preguntarnos: una persona que aspira a la Presidencia de la República no puede estar en los informes de Transparencia Internacional en esas condiciones", le espetó el ex mandatario al candidato opositor.

Dirigiéndose en tercera persona a su oponente, Piñera le respondió: "le quiero decir al senador Frei que no puede ser tan irresponsable y faltar a la verdad como lo acaba de hacer. Nunca he usado información privilegiada y nunca nadie me lo ha imputado y espero que se disculpe".

"Además, mis inversiones siempre han sido transparentes y las suyas, senador Frei, las conoce usted y su hermano Francisco", apostilló.

Frei no sólo no pidió disculpas, sino que insistió en su acusación: "yo me quedo con el informe de Transparencia Internacional, con el informe de la Superintendencia (de Valores y Seguros, que investigó el caso) y con la multa que él pagó".

Como no obtuvo la disculpa que exigía, el candidato conservador aprovechó su exposición final para echarle en cara al aspirante oficialista el indulto que otorgó en 1994 al narcotraficante Ángel Vargas Parga, condenado por importar 500 kilos de cocaína.

"El senador Frei ya fue presidente, tuvo su oportunidad y creo que la dejó pasar. Y también debió haber explicado por qué indultó al más grande narcotraficante que hemos tenido en nuestra historia", concluyó Piñera.

Por su parte, el independiente Marco Eníquez-Ominami, el único de los cuatro que ha tenido que reunir 65.000 firmas ante notario para postular a La Moneda, emplazó en varias ocasiones a Frei y a Piñera a que explicaran cómo financiarían su programa de gobierno y también a que aclarasen cuánto dinero se han gastado hasta ahora en la campaña y de dónde proceden esos recursos.

El diputado ex socialista sólo obtuvo una vaga respuesta de Sebastián Piñera, que le contestó que el dato lo había publicado en internet y que era el doble de lo que se había gastado Enríquez-Ominami.

En medio de la tensión por el rifirrafe Frei-Piñera y de los silbidos y aplausos del público, Jorge Arrate, candidato de la coalición Juntos Podemos, protagonizó la única nota de humor.

"Quiero agradecer la delicadeza de Marco de no preguntarme por mis gastos, porque el problema que tengo yo es de ingresos", comentó jocosamente el ex ministro de Salvador Allende.

En un coloquio de hora y media en el no se habló de la crisis económica mundial, de política exterior ni de la dictadura militar, Frei y Rnríquez-Ominami tuvieron comentarios elogiosos hacia el gobierno de Michelle Bachelet y se centraron en los proyectos pendientes para avanzar en un modelo político que ha transformado el país.

Por su parte, Piñera insistió en la necesidad de un cambio en la forma de gobernar y reiteró hasta en cinco ocasiones que resolverá el problema de la delincuencia.

Arrate, como representante de la izquierda extraparlamentaria, marcó distancias respecto a sus oponentes al señalar que era el único que no defendía el modelo de libre mercado.

"Voy a ser un presidente del cambio y de la unidad social", fue la frase con la que Piñera, favorito en las encuestas, cerró su intervención, mientras que Frei dijo que se postula a la reelección "para seguir construyendo, seguir liderando y seguir trabajando" por Chile."

"Esta elección no trata de mí, trata de ustedes y ustedes tienen hoy día la decisión", le dijo Enríquez-Ominami a los espectadores, y Arrate expresó su anhelo de ser presidente "para construir un Chile con justicia plena y unidad social".

Cuando concluyó el coloquio, los candidatos posaron sonrientes para la prensa y declararon sentirse muy satisfechos. Frei y Piñera no se dirigieron la palabra. Tampoco la mirada.