El Gobierno de izquierda de Noruega y el bloque de derecha llegan igualados a las elecciones

Copenhague.-  La coalición "rojiverde" de Gobierno del primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, y el bloque opositor de centro-derecha se preparan para vivir mañana una jornada electoral en Noruega llena de incertidumbre por el apretado pronóstico.

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(EFE)

El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg. EFE/Archivo

Al igual que ha ocurrido durante toda la campaña los sondeos difundidos en las últimas horas ofrecen un resultado dispar.

En la encuesta del periódico "Dagbladet" el bloque de izquierda formado por laboristas, socialistas y centristas, aparece con una cómoda mayoría absoluta de 88 del total de 169 escaños.

Pero en el sondeo difundido anoche en el último debate electoral televisivo por el canal de televisión TV2, la oposición obtendría 89 escaños, un triunfo que no despejaría el panorama postelectoral por las disputas internas entre los cuatro grupos de centro-derecha.

La líder del populista Partido del Progreso, Siv Jensen, defendió anoche que una victoria de la oposición obligaría a las cuatro formaciones a crear una plataforma de negociación, que ella sólo apoyará si su grupo integra un hipotético gobierno.

Pero esa posibilidad parece complicada, ya que democristianos y liberales se oponen de pleno a cualquier negociación.

"Un voto por el Partido Liberal es un voto para que el Partido del Progreso no llegue al gobierno", dijo anoche el líder liberal, Lars Sponheim, aludiendo al "abismo" que hay con esa formación, sobre todo por sus puntos de vista extremos en política de asilo.

La líder conservadora, Erna Solberg, ha reiterado que mantiene abiertas todas las posibilidades, confiando en que los populistas se vean forzados a apoyar desde fuera un Gobierno de centro-derecha para evitar que Stoltenberg siga en el poder.

El papel de la formación extraparlamentaria comunista "Rødt", al que algunas encuestas le atribuyen dos escaños, puede ser decisivo para garantizar la mayoría absoluta al Gobierno.

"Rødt" se ha comprometido a apoyar a Stoltenberg si sus votos son necesarios, pero en cambio el primer ministro se ha negado a revelar si en caso de que la oposición no llegue a un acuerdo pese a ganar, mantendrá la coalición "rojiverde" o gobernará en minoría sólo con los centristas o en solitario, como ha especulado algún diario.

Stoltenberg ha acusado a conservadores, liberales y democristianos de usar a los populistas como un "banco" para llegar al poder y al que luego darán una patada.

Los pronósticos apretados han hecho que los partidos intensifiquen sus esfuerzos por movilizar a potenciales votantes.

Prueba de ello es que Stoltenberg, que ha dicho que el principal enemigo es el "sofá" en referencia a la abstención, Jensen y Solberg recorrieron ayer por la tarde las calles de Oslo repartiendo propaganda, flores y autógrafos en busca de votantes.

El debate sobre las coaliciones postelectorales ha monopolizado la campaña electoral hasta el punto de que algún analista y la líder socialista, Kristin Halvorsen, la han calificado como la "más aburrida" de la historia reciente.

En segundo plano han estado temas como la política fiscal, donde ha habido una clara diferencia: mientras la izquierda se niega a tocar los impuestos para mantener la calidad de los servicios sociales, la oposición ha prometido bajadas considerables.

La inmigración ha estado presente en la campaña, con promesa del centro-derecha de imponer una línea más dura en la concesión de asilo, mientras que cuestiones como infraestructuras, escuelas o política medioambiental han sido también objeto de debate.

El interés que los comicios han provocado en el electorado ha quedado ya reflejado: se ha batido el récord de votación anticipada, con 707.489 votos, 200.000 más que en 2001, la anterior cifra tope.

Algo menos de la mitad de los municipios noruegos, 204 de 430, se han acogido a la posibilidad de abrir ya hoy las urnas, con lo que en esas localidades se podrá votar dos días.

Los comicios generales coincidirán con otras dos elecciones: las de la Iglesia Luterana y los del Parlamento Sami, institución consultiva que representa a esta minoría del norte del país.