El bloque de izquierda en Noruega roza la mayoría absoluta

Copenhague.-  La coalición roja y verde encabezada por el primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, roza el triunfo por mayoría absoluta en las elecciones legislativas noruegas, pero la igualdad entre los dos bloques mantiene la incertidumbre.

Escrutado el 97 por ciento de los votos, el bloque de izquierda se mantenía por delante con 86 escaños frente a los 83 del centro-derecha del total de 169 de que consta el Parlamento noruego, pese a tener menor porcentaje de votos, 48,9 frente a 44,9.

Pero la igualdad entre los dos bloques y la posibilidad de variaciones de última hora, unidos a la situación del Partido Liberal, que se puede quedar por debajo de la barrera mínima del 4 por ciento, no aclaran de forma definitiva el resultado.

"El Partido Laborista ha hecho una muy buena campaña, esperemos que lleguemos hasta el final y que siga habiendo una mayoría roja y verde", declaró pasada la medianoche ante sus correligionarios Stoltenberg, reacio a declararse victorioso.

Tanto la líder populista, Siv Jensen, como la conservadora, Erna Solberg, mantuvieron sus reservas a declarar definitivo el resultado, aunque felicitaron a Stoltenberg por lo que "parece" una victoria de la coalición oficial.

De confirmarse la victoria del bloque de izquierda sería la primera vez que un gobierno logra la reelección desde que la también laborista Gro Harlem Brundtland lo hizo hace 15 años.

Los resultados provisionales otorgan al Partido Laborista su mejor resultado en 15 años, con el 35,3 por ciento de los votos, logra casi 3 puntos por encima de lo logrado en 2005.

Esa subida permite compensar la caída de casi 3 puntos de uno de sus aliados, el Partido de la Izquierda Socialista, que sumó el 6,2 por ciento.

El otro componente de la coalición de izquierda, el Partido Centrista, sumó el 6,3 por ciento, un resultado similar al de 2005.

La formación comunista "Rojo", a la que algunas encuestas daban hasta dos diputados, no logró entrar en el Parlamento, según los resultados provisionales.

Si se confirma la mayoría absoluta para el bloque de izquierda, supondrá una dura derrota para el centro-derecha, al que los sondeos colocaban por delante desde hace meses, pero que incapaz de ofrecer una imagen de unidad ha ido cediendo al avance de los laboristas y el refuerzo logrado por su gestión de la crisis económica.

En particular saldría mal parado el Partido del Progreso, que aunque logra su mejor resultado con el 22,7 por ciento, unas décima más y se mantiene como segunda fuerza, se quedó muy lejos de los porcentajes superiores al 30 por ciento que le otorgaban las encuestas hace sólo unos meses.

Parecía entonces que la campaña sería un duelo personal entre Stoltenberg y la líder populista, Siv Jensen, pero la pérdida de empuje de ésta ha acabado por dar protagonismo a la candidata conservadora, Erna Solberg, que ha mejorado el catastrófico resultado de 2005 subiendo 3 puntos hasta el 17 por ciento.

El peor parado en la oposición fue el Partido Liberal, que bajó más de dos puntos y ocho diputados, pero que se arriesga a quedarse fuera: su líder, Lars Sponheim, ya anunciado su retirada para los próximos meses.

La campaña electoral en Noruega (país de 4,8 millones de habitantes) ha estado marcada por las especulaciones sobre las posibles coaliciones de gobierno en el caso de que el centro-derecha, que se ha presentado desunido, fuera capaz de arrebatarle la mayoría absoluta al bloque gubernamental.

El Partido del Progreso se mostró dispuesto a pactar con los otros grupos de la oposición, pero chocó con la negativa de democristianos y liberales, contrarios a su tono duro en el debate sobre la política de inmigración y de asilo.

Los conservadores mantuvieron abiertas todas las posibilidades, pero su estrategia no ha acabado de convencer al electorado, que parece haber apostado por renovar su confianza en la coalición de gobierno.