El ministro británico de Exteriores propone incentivar a los talibán moderados para que cambien de bando

Bruselas.-  El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, ha defendido hoy una estrategia política contra los insurgentes en Afganistán basada en incentivos para la "integración y reconciliación" de los taliban moderados.

A largo plazo, eso significa "separar a los que quieren la ley islámica a nivel local de los comprometidos con la yihad violenta a nivel global", de manera que se pueda dar a los primeros "suficiente papel en la política local" y abandonen su enfrentamiento con el gobierno de Kabul.

En un discurso en la sede de la OTAN, Miliband ha expuesto hoy la estrategia del Reino Unido para conseguir el éxito en Afganistán, a pocas semanas de las elecciones presidenciales y cuando finaliza un mes especialmente sangriento para las tropas británicas allí desplegadas.

La idea de tender la mano a los taliban moderados fue defendida, por primera vez, en marzo pasado, por el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, y hoy Miliband la ha respaldado y desarrollado ante diplomáticos, militares y periodistas en la sede de la OTAN.

Según el jefe de la diplomacia británica, los comandantes y guerrilleros taliban están sometidos a un fuerte desgaste militar desde los dos lados de la frontera afgano-paquistaní.

"Tenemos que ayudar al gobierno afgano a explotar esta oportunidad, con un esfuerzo más coherente dirigido a fragmentar a los distintos elementos insurgentes, y hacer que cambien de bando aquellos que pueden vivir bajo la Constitución afgana", ha argumentado.

La base para esa integración y reconciliación, ha explicado Miliband, "es una elección muy simple: mayores incentivos para que cambien de bando y abandonen la lucha, y una acción más severa contra los que se nieguen".

Por lo que respecta a los combatientes rasos, el ministro ha reclamado del gobierno afgano iniciativas efectivas que supongan para ellos una alternativa real al combate.

"Eso se traduce en una vía clara para que los guerrilleros puedan volver a sus pueblos y a sus campos, o incluso un papel para algunos de ellos dentro de las legítimas fuerzas de seguridad afganas".

Respecto a sus comandantes y sus redes, el ministro ha propuesto trabajar, junto con el gobierno afgano, en la separación de los ideólogos más recalcitrantes y violentos de aquellos que pueden ser dirigidos hacia la política interna.

Miliband ha recordado que en la convulsa historia afgana hay un precedente de reconciliación: "los enemigos de sangre del período soviético y la guerra civil ahora trabajan juntos en el gobierno", ha dicho.

"Antiguos taliban se sientan ahora en el parlamento, y el mulá Salam abandonó a los taliban a finales de 2007 para convertirse en gobernador del distrito de Musa Qaleh".

"No hay ninguna razón -ha subrayado Miliband- para que muchos miembros de la actual guerrilla no sigan este ejemplo, si están dispuestos a participar en un futuro pacífico y aceptan la Constitución afgana".

El secretario del Foreign Office ha instado al próximo gobierno que surja de las elecciones a dejar esta posibilidad clara y a "trabajar por establecer un proceso de reintegración a lo largo del país".