Londres atribuye al presidente afgano la responsabilidad última de la paz

Bruselas.-  El ministro británico de Exteriores, David Miliband, ha atribuido hoy a las autoridades afganas, y en especial al presidente que resulte elegido en agosto, la responsabilidad última de que pueda lograrse una paz duradera en el país.

El secretario del Foreign Office eligió la sede de la OTAN para pronunciar un discurso sobre la estrategia de los Aliados y la comunidad internacional en Afganistán, en un momento muy difícil para los soldados británicos sobre el terreno.

"Estamos en una encrucijada para la historia de Afganistán y nuestro trabajo aquí. Las elecciones del 20 de agosto tienen que ser creíbles e incluyentes", ha dicho el jefe de la diplomacia británica ante un auditorio compuesto de embajadores, militares y periodistas.

Después de recordar que los Aliados están "haciendo todo lo que pueden para garantizar que el proceso sea lo más justo posible", ha advertido de que la clave está en los propios gobernantes afganos.

"En último término, lo que decidirá si estas elecciones han de marcar un giro no es sólo si los candidatos presentan programas claros, sino si son capaces de aplicarlos".

Según Miliband, "el cambio más grande en estos momentos debe consistir en que el Estado afgano asuma más responsabilidades".

"Sólo si hay voluntad política, puede ponerse en marcha un conjunto de incentivos y sanciones en apoyo de la reconciliación y reintegración" de los insurgentes que abandonen la lucha.

Y "sólo con voluntad política puede emprenderse un proceso genuino que erradique la corrupción y a los ministros incompetentes a todos los niveles de gobierno, y permita a las fuerzas afganas, distrito por distrito y provincia por provincia, asumir la seguridad", ha declarado.

Desde Bruselas pero con la vista puesta en la opinión pública británica, Miliband ha repetido hasta cuatro veces que la misión "no es crear una colonia en Afganistán" y que "no se trata de la cuarta guerra del Reino Unido" en ese país.

"Estamos allí para apoyar a un gobierno legitimo" y, conforme al mandato original de la ONU, para "despojar a Al Qaeda de una base desde la que lanzaba sus ataques contra el mundo". "Estamos para defender la seguridad de nuestros propios ciudadanos", ha subrayado.

El ministro ha reconocido que la OTAN tiene por delante "una larga y dura campaña militar" en Afganistán.

En lo que va de mes, las fuerzas británicas han perdido 19 militares, lo que eleva a 188 el número de muertos en el país desde octubre de 2001, cifra que supera ya el número de bajas sufridas en Irak.

La OTAN dirige una fuerza internacional, la ISAF, compuesta de unos 64.500 efectivos, de los cuales 9.000 son británicos.

El contingente del Reino Unido se encuentra desplegado en la provincia de Helmand, en el sur, uno de los feudos de la guerrilla taliban y escenario de duros enfrentamientos.

Miliband ha puesto hoy el énfasis en la estrategia política, más que militar, para resolver el conflicto.

"A la gente le gusta la cita de (Carl von) Clausewitz de que la guerra es la continuación de la política por otros medios. Pero en Afganistán lo que necesitamos es que la política se convierta en una continuación de la guerra por diferentes vías".

En su opinión, ni la fuerza de las armas ni la persuasión ideológica bastarán para forzar a los taliban a rendirse.

Para vencer a los rebeldes, hay que dividirlos, hay que convencer a la población afgana de que no será abandonada a las represalias de la guerrilla, y hay que edificar "una gobernanza legítima, especialmente a nivel local", según Miliband.

A pesar del alto precio en vidas humanas que el Ejército británico está pagando con la operación "Panther's Claw" (garra de pantera), en Helmand, el ministro ha destacado las "ganancias significativas" que está aportando.

"Por primera vez en años 80.000 afganos han pasado (en esa provincia sureña) bajo jurisdicción de las autoridades legítimas del país", ha dicho.

Y ha asegurado que el criterio para evaluar el éxito de la misión internacional en Afganistán no debe ser el número de insurgentes muertos, sino el de afganos protegidos.