Zapatero se arremanga para sacar del barro al diálogo social

Y volvió a encallarse. El ya famoso diálogo social entre patronal y sindicatos, del que tiene que salir un acuerdo en materia laboral, ha vuelto a paralizarse cuando apenas parecía que empezaba a caminar. Hoy, después de que los empresarios se enrocaran en sus posiciones pre-diálogo, se ha suspendido la enésima reunión que tenían que mantener los agentes sociales bajo la supervisión del Ministerio de Trabajo.

(EFE)

Negociemos pues.

El presidente del Gobierno, José Luís Rodriguez Zapatero, no está dispuesto a que le arruinen la ansiada foto con todos los agentes sociales juntos antes de iniciar sus vacaciones y si, por si no fuera poco el presentar dos borradores distintos —salidos directamente de su Oficina Económica— en tan sólo una semana, ha decidido tomar el timón de capitán en las negociaciones y mantendrá reuniones bilaterales antes de que se vuelvan a encontrar Gobierno, sindicatos y patronal. Pero rebobinemos. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

El pasado jueves desde Moncloa se las prometían felices: habían presentado el primer borrador para que se llegara a algún acuerdo en materia laboral y, aunque ni sindicatos ni empresarios estaban de acuerdo, se limitaban a decir que era insuficiente. Esa misma tarde tuvieron una reunión que rompió la calma. En el encuentro, al que no acudió el líder de CCOO pero sí el de la patronal, las diferencias entre unos y otros se hicieron más que patentes —los empresarios piden rebajar en 5 puntos las cotizaciones a la seguridad social algo que enfada a los sindicatos—.

Al día siguiente el jefe de los empresarios, Gerardo Díaz Ferrán, que tiene que contentar a una multitud de vicepresidentes que le piden explicaciones, anunció que volverían a sus posiciones iniciales, es decir, a pedir el abaratamiento del despido y la rebaja de las cotizaciones hasta "igualarnos con Europa", lo que dio por finiquitados "20 días de trabajo continuo", según creen los sindicatos. Éstos últimos van más allá: en su opinión, el "sorprendente" cambio de rumbo de Díaz Ferrán es por un asunto político: "lo que no quieren es que el Gobierno capitalice la escena de un posible acuerdo entre nosotros" .

Moncloa y sus reuniones bilaterales

Ante tal desaguisado, ZP ha vuelto a tomar cartas en el diálogo social, algo que contrasta con su negativa a meter mano de hace tan sólo unas semanas. Aunque desde Moncloa afirman que ellos no llevan estos temas, tanto Trabajo como los agentes sociales aseguran que la oficina del presidente ha tomado la iniciativa y "el liderazgo" con vistas a cerrar un acuerdo y una foto antes de que llegue agosto. Desde el ministerio que dirige Celestino Corbacho dicen que ellos acuden a las reuniones como meros figurantes y que es Moncloa la que lleva la voz cantante, al menos hasta que se encaucen las negociaciones. Sindicatos, CEOE y Cepyme (la patronal de las pequeñas y medianas empresas) constatan que es el mismo ZP el que está orquestando las reuniones que se celebrarán entre mañana y el miércoles y que juntarán de forma separada a cada uno de los agentes con el Ejecutivo.

"El Gobierno quiere sondear en qué puntos estamos de acuerdo y en cuáles hay desacuerdo para convocar otra reunión que tenga un resultado positivo", cuentan desde CC OO. A medida en que se avance en las negociaciones, avisan desde el sindicato, el presidente irá delegando en el ministerio de Trabajo el rumbo del diálogo social. Pero por ahora quiere encauzarlo para conseguir esa "reunión a tres bandas a lo largo de esta semana", recuerdan desde la patronal.

Por el momento, las peticiones de la CEOE están siendo desoídas desde todos los ángulos del diálogo: los sindicatos piden que, para volver a negociar, los empresarios deben retirar las peticiones de abaratamiento del despido y la rebaja en cinco puntos de las cotizaciones a la Seguridad Social. El Ejecutivo, a través de Corbacho y Elena Salgado, ha incidido sobre este último punto, y Cepyme —a quien por ahora no han llamado para mantener esas 'reuniones bilaterales', porque desde Moncloa pensaban que estaban incluidos en CEOE— dicen tener sus propias demandas y muestran así su división creciente con la CEOE. ¿Cederá la patronal? Por el momento aseguran, "todo es negociable".

Para saber más:

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