1-2. España obtiene un punto de oro en dobles y se acerca a la ensaladera

Mar del Plata (Argentina).-  España obtuvo hoy un punto de oro en la final de la Copa Davis, en la que se impone por 1-2 a Argentina, al superar en el partido de dobles al equipo anfitrión, ahora obligado a hacerse con los dos que restan para lograr por primera vez la ensaladera de plata.

Fernando Verdasco y Feliciano López vencieron a David Nalbandian y Agustín Calleri por 5-7, 7-5, 7-6 (5) y 6-3 en tres horas y 18 minutos ante unos 9.800 espectadores embargados por la desazón que comenzaron a sentir el viernes, cuando López superó a Juan Martín del Potro, y que se profundizó hoy con un nuevo traspiés.

En el tercer set se rompió el equilibrio del partido de este sábado con una sucesión de aciertos y errores de ambos equipos en momentos clave de un tramo en el que ambos tuvieron posibilidades inmejorables de pasar al frente en el resultado, lo cual logró la pareja europea en una reacción histórica.

Un rendimiento parejo, lógico, sin sobresaltos, en el primer set ofreció pocas posibilidades a ambos de quebrar el servicio rival. Argentina parecía firme y España sólida, hasta que en el undécimo juego el equipo local se quedó con el punto que correspondía a los españoles y pasó al frente por 6-5.

Verdasco y López neutralizaron el saque de los anfitriones y quedaron a tres puntos del quiebre para ir al "tie break". Pero Nalbandian y Calleri acertaron cuando más lo necesitaban y se aseguraron la manga gracias a una increíble doble falta de Verdasco.

Igualó España el resultado general en la segunda manga, tan pareja como la primera, al romper el servicio de Nalbandian en el duodécimo juego, cuando el cordobés falló todos sus primeros remates.

El tercer set tuvo de todo. Verdasco se afianzó y los argentinos decayeron. España sacó ventajas en el cuarto y sexto juego y se puso con un 5-1 a un paso de ganarlo. El equipo local remontó hasta el 5-5, el estadio era un hervidero, y minutos más tarde fueron al "tie break", en el que a los anfitriones se les hacía la boca agua con un cómodo 5-1 a su favor.

Un grito de una mujer situada en la tribuna española descontroló a Nalbandian en un saque y la situación se complicó porque no hubo sanción, como no las hubo anteriormente en situaciones similares que tuvieron como protagonista al público local.

España se repuso y provocó el segundo milagro de la manga. Del 1-5 de ese "tie break" pasó al 7-5 sin un sólo error ante un rival que no acertó nada. La ventaja española (2-1) dejó en silencio a un estadio que poco antes parecía estallar.

A partir de allí cambió totalmente el escenario para los argentinos, golpeados por lo sucedido en el tramo más importante del encuentro. El espíritu ganador de López y Verdasco hizo el resto y se adjudicaron rápidamente el cuarto set.

La derrota de Juan Martín Del Potro a manos de Feliciano López había provocado el viernes un pronunciado bajón anímico entre los argentinos, que comenzaron la serie endulzados por una amplia victoria de Nalbandian sobre David Ferrer.

Este sábado abundaron los rumores sobre la "casi segura" baja de Del Potro, que había terminado el partido tocado por un fuerte dolor en la pierna derecha y con la moral por el piso, como se lo vio y después confirmaron allegados al jugador.

Con ello cambiaban las estrategias locales una vez más en esta final, primero obligadas por la deserción de Rafael Nadal, con lo cual la pista dura dejó de ser tan necesaria, y después porque Del Potro llegó a Mar del Plara desde Shanghai cansado, con problemas en las uñas de los pies y finalmente con dolores musculares en su primer partido.

Antes de que se disputara el dobles quedaba claro que Del Potro, el mejor jugador argentino de la temporada, se quedaba fuera de la competición ante la más tenue sospecha de que el capitán Alberto Mancini no haría salir a la pista a un tenista sin garantías físicas para disputar un punto importante de un choque decisivo de la Davis.

El día del sorteo Mancini había anunciado que Agustín Calleri y José Acasuso jugarían el dobles. Pocos lo creyeron porque Nalbandian siempre dio la impresión de que no se lo quería perder. Al caer derrotado del Potro el cordobés quedó confirmado para jugar el tercer punto.