Las nuevas tecnologías llegan a las cárceles de Castilla y León

León.-  "Jamás imaginé que cuando saliera de prisión podría ver a mi madre en Sudamérica a través de la pantalla de un ordenador", ha asegurado hoy Virginia de los Ríos, una presa de la cárcel de Mansilla de Mulas (León) cuyo único anhelo es contactar con el mundo exterior.

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(EFE)

José Manuel Cendón (i), director del Centro Penitenciario de Mansilla, junto a Agustín Díaz, conservador del MUSAC, y las coordinadoras Belén Sola y Aurora Martos en la presentación de la revista Hipatia, una revista bimensual coordinada por el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) y escrito por internas de la cárcel de Mansilla de las Mulas (León).

Después de siete años y medio en prisión, en su primera salida, de los Ríos pudo comprobar cómo el tiempo pasa y la evolución de los avances tecnológicos, ha explicado hoy en rueda de prensa, durante el acto de presentación de Hipatia, una revista que coordina el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) y en la que escriben las propias presas del centro leonés.

Para ella, fue asombroso comprobar, después de tanto tiempo en prisión, cuanto ha avanzado la tecnología en las comunicaciones y disfrutar hablando con su familia, viendo sus caras y escuchando sus voces.

Esta revista, que hoy ha sido presentada por sus protagonistas en el MUSAC, llevará a las calles la voz de las presas de Mansilla de la Mulas, de las mujeres que ante la falta de sus seres cercanos escapan de su agujero por medio de sus artículos.

Con el apoyo del director del Centro Penitenciario, José Manuel Cendón, y la coordinación de Belén Sola, la responsable de Educación y Acción Cultural del MUSAC ha explicado que esta publicación ha surgido como una actividad más de inserción social.

Además de Virginia de los Ríos, Aurora Martos, Luz Marina Gelves, Luz Yajaira y Carolina Naranjo han estado hoy presentes en el MUSAC.

Están internas en el módulo 10 de la prisión, el único destinado a las mujeres, a excepción de Martos que se encuentra ya en el Centro de Inserción Social (CIS).

Martos ha recordado con los ojos empañados esa utópica propuesta que hace ya más de un año le presentó el director de la prisión, en el sentido de escribir en esta revista, en lo que ha reconocido como "una de su mejores ideas".

Los comienzos de la revista fueron difíciles porque no sabían "ni como empezar", según ha confesado Martos.

Sin embargo, la cercanía que existe entre ellas como compañeras "y casi hermanas" hizo que se ayudaran unas a otras.

"Hay muchas que saben sobre qué escribir pero no cómo hacerlo, y necesitan un apoyo, un empujoncito" que las impulse a lanzarse al vacío, ha explicado Naranjo, coordinadora de la revista junto a Martos, y Belén Sola, ésta última del MUSAC.

Como en todo proyecto que comienza, cada uno tiene su aportación y punto de vista, éste arrancó poco a poco, con discusiones, pero llegada la adaptación "lo logramos", ha agregado Luz Yajaira.

Para todas ellas fue complicado, según ha explicado Martos, quien, observando a sus compañeras, ha recordado como algunas incluso no tenían inquietud o atravesaban uno de sus peores momentos.

Era el caso de Virginia de los Ríos, con muchos sentimientos acumulados durante años y que, a través de la revista, ha abierto su corazón a los compañeros de otros módulos.

Según ha descrito de los Ríos, este proyecto ha sido "como un hijo", al que hoy todas ellas han dado a luz, con la intención de que esto sólo sea el comienzo y que por muchos años la voz de Mansilla de las Mulas llegue al pueblo.

En el acto, una emocionada Luz Marina ha agradecido entre lágrimas la presencia de quienes habían acudido a la presentación, entre los que además de familiares y amigos figuraban antiguas compañeras, que un día también fueron habitantes de las cuatro paredes de la cárcel de Mansilla de la Mulas.

Algunas de ellas todavía estaban en prisión cuando comenzó este proyecto, en cuyo primer número han participado más de una veintena de personas, y que está abierto a cualquier incorporación, mas aún al tratarse de un trabajo desarrollado en un lugar como una prisión, cuyas inquilinas varían muy habitualmente.