Conservadores y laboristas se disputan en las urnas el próximo Gobierno de Nueva Zelanda

Sídney (Australia).-  Los principales partidos de Nueva Zelanda, el gobernante Laborista y el Nacional, vuelven a disputarse el Gobierno en las urnas mañana, pero en esta ocasión los sondeos son claramente favorables a los conservadores por primera vez en nueve años.

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(EFE)

La primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, quien busca la reelección en las elecciones de mañana, sábado.

La diferencia entre ambas formaciones en la mayoría de las encuestas de intención de voto supera los diez puntos, un abismo, en la opinión generalizada de los analistas.

"Un milagro es lo único que puede salvar al Laborismo ahora. Da la sensación de que está todo sentenciado", escribió John Armstrong, comentarista político del principal periódico del país, "The New Zealand Herald", tras el tercer y último debate televisado entre la primera ministra Helen Clark, de 58 años, y John Key, de 47 y líder del Nacional.

Nueve años en el Gobierno parece que han hecho mella en los laboristas y además los datos económicos no les acompañan, con el Producto Interior Bruto en contracción y el paro ascendente.

Según economistas como Nich Tuffley, del ASB, uno de los mayores bancos privados de Nueva Zelanda, dicen que el efecto de la recesión se empezó a sentirse en octubre y que lo peor llegará en diciembre próximo.

Este panorama favorece especialmente a Key por su experiencia en materia económica, con una carrera brillante en el mundo financiero que le permitió convertirse en millonario antes de los 40.

Clark ha prometido toda clase de reformas durante la campaña electoral, haciendo hincapié en sus áreas fuertes: la educación y la salud pública.

Key ha propuesto reducir los impuestos a costa de servicios públicos y volver, paulatinamente, a las privatizaciones.

El sistema neozelandés es pluripartidista, pero la mayoría de la población está dividida tradicionalmente entre Laborista y Nacional.

La formación laborista es el más antigua. Nació en 1916 como expresión política del recién iniciado movimiento sindicalista, cuando Nueva Zelanda apenas comenzaban con la industrialización.

Su primera victoria electoral ocurrió en 1935 y le permitió colocar las bases del sistema social neozelandés actual, que prevé ayudas para todos los ciudadanos "desde la cuna a la tumba", con gran énfasis en educación, salud pública, vivienda, empleo a tiempo completo y pensión de jubilación universal a los 60 años.

El Nacional surgió en 1937 con los objetivos principales de combatir el comunismo y el socialismo, promover el sector privado, defender los derechos individuales y oponerse a la interferencia del Estado en los negocios y la industria.

Estas metas coincidían en muchos puntos con los intereses de los productores y exportadores rurales, de gran peso en un país esencialmente agrícola y ganadero como Nueva Zelanda.

Laboristas y conservadores se han alternado en el Gobierno desde entonces, pero en 1993 se introdujo un sistema electoral similar al alemán que concede mayor importancia a las formaciones minoritarias.

En los comicios de mañana, como ocurrió en las pasadas elecciones, varias agrupaciones tienen posibilidades de ocupar alguno de los 120 escaños del Parlamento y de convertirse en la llave de una alianza de gobierno, si se produce un resultado ajustado en las urnas.

Las otras agrupaciones destacadas son Partido Verde (ecologistas de izquierda), Act (extrema derecha) y el Partido Nueva Zelanda Primero (centro derecha, maoríes), fundado en 1993 por el carismático abogado maorí Winston Peters, de 57 años, quien ha sido absuelto hace pocas semanas de las acusaciones de financiación ilícita.