Esperanza Fernández lleva la esencia flamenca a Viena, capital del clasicismo

Viena.-  Ni los compositores austriacos Strauss, ni Haydn ni siquiera Mozart protagonizaron esta noche la escena musical en Viena sino el flamenco de la cantaora sevillana Esperanza Fernández, que dio en la capital austríaca una buena lección de música española.

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(EFE)

La cantaora Esperanza Fernández.

La artista de Triana, acompañada por su esposo, el bailaor Miguel Vargas, se subió al escenario con la misión de transmitir al público vienés la esencia del cante jondo.

Lo logró con creces, pese a que el teatro Akzent, que acogió el recital, no es un colmado flamenco, y también a que el público local está más acostumbrado a los valses y las polkas que a las seguiriyas o granaínas por las que se arrancó Fernández.

Bien arropada por la vigorosa coreografía de Vargas y por la calidad de guitarristas y palmeros, la cantaora presentó su espectáculo "Zahorí", estrenado en 2007.

Fernández encontró en Viena a un público al que se metió en el bolsillo casi de inmediato, sobre todo con los palos más "animados", como las alegrías o los tangos de Triana.

La solemnidad de las seguirillas o la soleás, con las excelentes guitarras de Javier Patino y Salvador Gutiérrez, fueron también bien recibidos por un público poco acostumbrado al "quejío" del cante jondo, pero que respondió muy bien ante la novedad.

"Viajamos muchos y estamos acostumbrados a todo tipo de público", explicó Fernández a EFE tras el concierto.

"No esperamos que la gente se arranque a gritar "olé" pero yo me doy cuenta por como aplauden de que les ha gustado", señaló la artista a la reacción del público esta noche.

La cantaora aseguró "haberlo pasado muy bien" sobre las tablas y aseguró, en su saludo al público, estar muy contenta por actuar en la "Ciudad de la música".

Aunque en el espectáculo hubo poco espacio para la improvisación, los aplausos y bravos del público fueron correspondidos por Fernández y Vargas con un par de propinas en las que cantaora y bailaor acabaron bailando en un espontáneo mano a mano.

Al final, incluso uno de los guitarristas se arrancó a zapatear con sus compañeros, jaleándolo al borde del escenario, en un fin de fiesta que acabó por cautivar y sorprender a los asistentes al concierto.

Fernández es una de las voces más respetadas de la escena flamenca, se ha acercado también al clasicismo y al mestizaje en colaboraciones con artistas tan dispares como Yehudi Menuhin, Kiko Veneno o Myriam Makeba.

Con el espectáculo de esta noche, el programa del IV Festival de Música española de Viena abrió la puerta al folclore español más internacional, tras dos recitales de música clásica que también tuvieron muy buena acogida por el público vienés.

El ciclo de conciertos, organizado por la Embajada de España en Viena, tiene aún por delante cuatro funciones.

La próxima semana, el flamenco seguirá siendo protagonista, con las actuaciones de los guitarristas Juan Manuel Cañizares y Niño Josele.