Una muestra recoge 18 grabados de Picasso en Asturias

Oviedo.-  La exposición "Picasso. Retrato y los fumadores", formada por dieciocho grabados realizados entre 1962 y 1964, permanecerá abierta en la Universidad de Oviedo desde hoy hasta el próximo 7 de enero, con una selección que contrapone dos mundos de técnicas y contenidos.

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(EFE)

Varias personas observan una de las obras que se muestran en la exposición "Picasso. Retrato y los fumadores", formada por dieciocho grabados realizados entre 1962 y 1964, que se ha presentado hoy y permanecerá abierta en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo hasta el próximo 7 de enero.

El rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor; el director de zona de Bancaja, Ricardo Pérez; y el comisario de la exposición, Juan Carrete, han presentado hoy la exposición patrocinada por la entidad bancaria, que la ha incluido en su obra social, que registra un crecimiento del 15 por ciento y una asignación total de 83 millones de euros.

El comisario de la muestra se ha referido a la producción del pintor malagueño Pablo Picasso (25 octubre 1881-8 abril 1973), que en sus 92 años ha realizado más de 25.000 obras, entre ellas, 2.500 pertenecientes al arte gráfico.

La exposición "Picasso. Retrato y los fumadores" está compuesta por 18 obras, 13 de ellas de la serie fumadores y otras 5 de retratos de familia".

"Cualquier serie de Picasso es muy elocuente y aporta mucho", ha indicado Carrete, que ha mencionado la "capacidad" del artista para "lograr impresionar".

Ha enmarcado la obra recogida en la exposición que se exhibe en la Universidad de Oviedo en la década de los años 60, tiempo que Picasso comparte con su última mujer, Jacqueline, que también "va a ser su secretaria y su enfermera".

"Ella le aportó sosiego, equilibrio y reflexión", ha dicho Carrete en relación al pintor que en dos años ha generado una producción de más de 600 grabados, una técnica que Picasso no entendió como "algo complementario" en su obra.

A juicio del comisario de la exposición, "la obra gráfica de Picasso es un poco su diario", ya que el trabajo está "fechado", y en vez de "poner un texto", el artista elige "dibujar" lo que está "pasando por su cabeza en ese momento. Es un diario trabajado".

"Para Picasso, el grabado es de una enorme exigencia", ha subrayado Carrete, que sostiene que "el rigor y la calidad van a calificar toda su obra".

El comisario de la exposición "Picasso. Retrato y los fumadores" sostiene que el grabado tiene un aspecto técnico muy destacado para el pintor, y ha agregado que para tener esa "máxima calidad se rodeó de los mejores técnicos".

En su búsqueda por alcanzar la perfección, el malagueño apostó por la técnica "redescubierta", según Carrete, del "barniz blando", que se popularizó en Europa en los siglos XVIII y XIX como un método de transferir imágenes directamente a una plancha de cobre.

La muestra que se exhibe en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo "enfrenta dos series que son dos mundos y sociedades totalmente distintos", con unos retratos de familia inspirados en la obra de Edgar Degas, al que Picasso admiraba.

"Es un homenaje a Degas, pero también una confrontación", ha concluido Carrete, convencido de que Picasso quería "estar con los mejores", y que representa en esta parte de su obra un mundo "caduco y encorsetado" frente al que muestra en la de los fumadores, "lleno de color", en el que presenta una imagen de "lo festivo, lo alegre y lo placentero".