Toreros, corredores y médicos valoran el dispositivo sanitario de Sanfermines

Pamplona.-  Toreros, corredores de encierro y médicos que trabajan durante los Sanfermines han valorado hoy el dispositivo sanitario que, gracias a la calidad de sus medios humanos y técnicos, hace que "cuando uno hace el paseíllo en Pamplona tenga además un seguro de vida".

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(EFE)

Los diestros Francisco Marco (2i) y Diego Urdiales (3i); el corredor burgalés del encierro Javier Marroquín (i); la consejera de Salud del Gobierno de Navarra, María Kutz; el actual cirujano jefe de la Plaza de Toros de Pamplona, Ángel Hidalgo (c); su predecesor, Héctor Ortizen (2d), y el anestesiólogo Miguel Salvador (d), posan para los medios gráficos tras su participación en el "Desayuno con salud" organizado por el Gobierno de Navarra, en esta ocasión sobre medicina taurina ante la proximidad de los Sanfermines.

Así lo ha asegurado el diestro navarro Francisco Marco, uno de los participantes junto al matador riojano Diego Urdiales, en el "Desayuno con salud" organizado por el Gobierno de Navarra, en esta ocasión sobre medicina taurina, y al que han acudido además el actual cirujano jefe de la Plaza de Toros de Pamplona, Ángel Hidalgo; su predecesor, Héctor Ortiz; el anestesiólogo Miguel Salvador; y el corredor Javier Marroquín, corneado en un encierro.

La consejera de Salud, María Kutz, ha señalado al respecto la universalidad de la atención sanitaria durante las fiestas de San Fermín, que "sorprende" a muchos foráneos cuando ven que "primero atendemos no importa a quién, y posteriormente se llevan a cabo los trámites que sean necesarios", ha dicho sobre el pago de los costes de las atenciones médicas.

En todo caso, ha subrayado la importancia de los profesionales sanitarios en los Sanfermines, de forma que "el toreo es arte, pero ejercer la medicina también lo es".

Una experiencia de primera mano es la del burgalés Marroquín, corneado en un encierro del año 2005, y que "dentro de la desgracia, tuve mucha suerte" al recibir una "cornada limpia, que sólo pilló músculo en el glúteo", de la que fue operado en la misma Plaza de Toros de Pamplona y de la que tuvo una buena recuperación.

También los toreros han manifestado la importancia de contar durante las faenas con buenos profesionales con medios a su alcance, de forma que Diego Urdiales, pese a que no conoce la situación de Pamplona porque debutará en los próximos Sanfermines, ha reconocido la diferencia entre la asistencia que puedes recibir en plazas grandes y en otras de localidades pequeñas, o incluso si resultas corneado en tientas en el campo, a muchos kilómetros del centro sanitario más cercano.

Por su parte, Francisco Marco, con diez cornadas en su cuerpo, ha señalado que el mito de que los toreros "son de otra pasta" por su rápida recuperación tras las cogidas, se debe en su caso a que en su agenda no cuenta con muchas corridas anuales, por lo que "debo aprovechar al máximo" las contratadas y acelerar la convalecencia.

Al respecto, el cirujano jefe de la Plaza de Toros de Pamplona, Ángel Hidalgo, ha señalado que tanto los encierros como las corridas de toros el equipo médico los viven "con gran tensión", si bien ha advertido de que en las dos últimas dos décadas no ha habido cambios "significativos" en este tipo de incidencias de forma que "las cornadas siguen siendo las mismas", y en general son heridas por asta de toro "conocidas y repetitivas".

En los encierros se atienden sobre todo casos de traumatología, si bien ha bajado el volumen de atendidos en la enfermería de la Plaza de Toros, "quizá porque está mejor organizada la atención en la calle".

También ha opinado Hidalgo sobre la rápida recuperación de los toreros tras las cornadas, que ha atribuido a que por lo general son "gente joven, en buena forma física y con buen estado de salud", a que reciben un tratamiento "inmediato" tras la cornada porque en un máximo de 10 minutos son atendidos, y al estímulo que supone "sus "muchas ganas" de volver a torear.

Su predecesor al frente del equipo médico del coso taurino pamplonés, Héctor Ortiz, ha reconocido que tras 17 años en el cargo, lo dejó "por la tensión" ya que "para este trabajo no sólo es necesario saber el oficio, sino también tener una resistencia física y moral, y un ánimo muy grandes".

Ha recordado asimismo varios casos de cogidas graves, si bien ha incidido por su repercusión en la cornada que un toro propinó en el cuello a Juan José Padilla, de forma que "estaba yo con dos dedos metidos en su cuello -para taponar la sangre- y él quería salir a la plaza" a continuar la faena.