Kennedy, una marca que vende

¿Qué tendrá esta familia? Aparte de una maldición que se ha llevado por delante a varios de sus miembros (John, Boby John John), su secreto es que tienen mucha garra. La 'Kennedy Trademark' aparece hasta en la sopa: aeropuertos, inmensos barrios de capitales latinoamericanas, universidades privadas, fundaciones, cabos desde donde se lanzan cohetes al espacio, películas de Oliver Stone y, como no podía ser de otra forma, hospitales.

frances1972

Los Kennedy siguen despertando mucha curiosidad en todo el mundo.

Los 'niños bonitos' de la política norteamericana se han convertido en un tópico recurrente. El mero hecho de mencionarlos garantiza un gran titular y, por eso, han protagonizado momentos estelares de la campaña de las primarias demócratas en Estados Unidos. Momentos decisivos capaces de cambiar el curso de las elecciones. Pero algunos deberían tener en cuenta un sencillo mandamiento: 'no pronunciarás el nombre de Kennedy en vano'.

Sí. Nos referimos a la candidata demócrata Hillary Clinton, cuyas últimas declaraciones han hecho que se desate una conmoción entre el electorado de su partido este fin de semana. La Senadora por Nueva York no ha podido estar más desafortunada en sus comentarios sobre el asesinato de Bob Kennedy en las primarias del 68.

Así, en plena retransmisión online de una entrevista para un periódico de Dakota del Sur, Clinton argumentó que no abandona porque nunca se sabe qué puede pasar hasta el final y puso dos ejemplos. El primero hacía referencia a la experiencia de su propio marido, Bill Clinton. "Mi marido no logró la candidatura demócrata en 1992 hasta que ganó las primarias de California a mediados de junio, ¿verdad?", expuso. Hasta aquí todo bien, si no se le hubiera ocurrido poner el ejemplo de las primarias de 1968, durante las que fue asesinado Bob, el hermano de John F. Kennedy, asesinado cinco años antes mientras era presidente. "Todos recordamos que Bobby Kennedy fue asesinado en junio en California". Y se desató la polémica.

El miedo a que asesinen al que podría convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos se masca en el aire y Clinton, intencionadamente o no, puso el dedo en la llaga. Pero bien puesto. Seguramente no cayó en la cuenta de que el viejo refrán que dice que "es mejor que hablen de uno, aunque sea mal" no vale cuando uno quiere ganar unas elecciones, así que le ha tocado retractarse y pedir perdón. "Lo lamento si mi alusión a ese momento traumático para todo el país, y en particular para la familia Kennedy, ha sido ofensivo de alguna manera. No tenía ninguna intención de eso en absoluto", dijo en un comunicado.

Pero el daño ya está hecho. Hasta Robert De Niro, uno más de los muchos rostros conocidos que se han posicionado en favor de uno u otro candidato, ha pedido a Hillary Clinton que deje en paz de una vez a los Kennedy y que se retire cuanto antes ya que, según él, la encarnizada lucha entre los dos candidatos demócratas, no ha hecho otra cosa que favorecer al republicano John McCainn. El actor dijo desde Cannes que "es inconcebible que John McCain llegue a presidente, al matrimonio Clinton le pediría un favor: que de una vez por todas se pongan al servicio de Obama".

Viejos conocidos

La de los Clinton y los Kennedy, dos de las familias más influyentes del país, es una historia de encuentros y desencuentros que, además, viene de lejos. Los Clinton, muy conscientes del tirón mediático del clan de Dallas, han querido en todo momento que estos les brindaran su apoyo. Los intentos fracasaron. Es posible que Edward Kennedy (Ted), hermano de John y Bob, se haya acordado de 1980, cuando Bill Clinton se puso de parte de Jimmy Carter, que le arrebató la candidatura demócrata.

Sea o no una venganza, su poder está con Obama. Ted, su hijo Patrick y Caroline, hija del presidente asesinado, han servido como padrinos de lujo del candidato afroamericanos. Según los supervivientes de los Kennedy, Obama es la reencarnación de JFK, con su misma capacidad para lograr un cambio y de atraer a los jóvenes. Pero, sobre todo, sólo con Omaba Estados Unidos "pasará la página de la vieja política".

Es innegable que la bendición de una de las familias políticas más influyentes del país ha sido uno de los grandes golpes de efecto que han colocado al senador por Illinois a la cabeza de la carrera de las primarias, como es innegable el gran protagonismo de Kennedy durante la contienda.

Ahora todas las miradas se centran en Ted, que acaba de reconocer que padece un tumor cerebral maligno. El que se ha convertido en uno de los paradigmas de la 'política progresista' del país se muere. ¿Cómo utilizarán su enfermedad los candidatos? No olvidemos que en Estados Unidos, como en muchos otros lugares, hay algo que vende casi tanto como la 'marca Kennedy': las lágrimas.