Francisco Casavella rinde su particular homenaje a la tragicomedia de la vida

Barcelona.-  El escritor barcelonés Francisco Casavella, proclamado hoy ganador del veterano premio Nadal, ha rendido su particular homenaje a "la tragicomedia de la vida" con la novela vencedora en la última votación, "Lo que sé de los vampiros".

La novela, que será publicada por Ediciones Destino el próximo mes de febrero, sigue los pasos de Martín de Viloalle, quien asume durante su vida las consecuencias de la única decisión que toma con plena libertad: acompañar a los jesuitas expulsados de España el 2 de abril de 1767.

Esa y otras circunstancias tragicómicas le llevarán hasta Roma, los estados alemanes, el reino de Dinamarca o el París revolucionario, en unos años en los que será miembro nada honorable de una sociedad marginal, itinerante, filosófica, artística o estafadora, dedicada a vagar de corte en corte para entretener el gusto, el sexo, el intelecto y, sobre todo, el tedio de la clase superior.

Tras el fallo del premio, el escritor barcelonés ha comentado que su oficio es "ser novelista" y ha confesado: "cada vez me doy más cuenta de que la novela que prefiero es una forma elaborada de la tragicomedia".

Una forma, ha dicho, que envuelve a nuestra sociedad: "todo es terrible, pero nada es serio. Nada es en blanco y negro, sino que todo es blanco y negro".

Según Casavella, "los vampiros a que alude el título son esos elementos de la superstición que persistieron en el tiempo, y que se suponía que el llamado Siglo de las Luces, en el que se ensalza el culto a la razón, debería haber aniquilado".

El propio autor reconoce que "las lluvias de mi novela trajeron los lodos de la novela ganadora del premio Josep Pla", "La batalla de Walter Stamm", de Melcior Comes, centrada en el período nazi.

Para el autor de "El triunfo", cuando se habla de despotismo ilustrado, "todos se acuerdan del adjetivo, ilustrado, pero todos olvidan el sustantivo, despotismo, que fue el sistema de poder que dominó el siglo XVIII".

Ese despotismo y lo sobrevalorado que está el ser humano en ese siglo son "los vampiros que sobreviven en nuestra civilización".

La finalista del Nadal, la periodista y escritora sevillana Eva Díaz, ha explicado que su novela, "El club de la memoria", desentierra de la memoria el trabajo de las llamadas Misiones Pedagógicas que llevaban la cultura y el arte a las zonas rurales de la España de la República.

Eva Díaz ha argumentado que se trata de "una novela del pasado, pero que se cuenta desde el presente, sobre un período que no se conoce mucho, pero que fue una epopeya, un momento memorable y valiente".

Además, Díaz se muestra interesada como persona joven por el tema del exilio: "hay una memoria dispersa y una tragedia olvidada".

Ella misma ha tenido dificultades para documentarse para escribir la novela, pues resulta difícil encontrar obras de aquellos jóvenes dramaturgos y artistas, cuyas vidas quedaron truncadas por la Guerra Civil".

El ganador del Premio Josep Pla, el mallorquín Melcior Comes, se centra en su novela "La batalla de Walter Stamm" en un universitario de letras berlinés, Walter Stamm, condenado de manera inesperada por alta traición en el III Reich.

Tras ser recluido en un campo de concentración nazi, le conmutan la pena a cambio de integrar un batallón disciplinario en la campaña de Rusia, en la que vive de lleno el combate más cruento de la historia, la batalla de Stalingrado.

"Me interesaba la capacidad humana, hablar de los horrores del siglo XX y de la apuesta que tenemos que hacer no sólo para que no se repitan, sino que debemos asumirlas como algo que está presente hoy y que no son del pasado", ha comentado Comes.

La novela ganadora del Pla es, en palabras de su autor, "una reflexión sobre el mal y sobre la supervivencia".