Ledezma puede volcar la balanza en favor de Chávez en el Senado brasileño

Brasilia.-  Miembros de una comisión del Senado brasileño, hasta ahora reacios a aceptar a Venezuela en el Mercosur, admitieron hoy que es posible que mañana voten en favor del ingreso, tras escuchar al alcalde mayor de Caracas, el opositor Antonio Ledezma.

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(EFE)

Miembros de una comisión del Senado brasileño, hasta ahora reacios a aceptar a Venezuela en el Mercosur, admitieron que es posible que mañana voten en favor del ingreso, tras escuchar al alcalde mayor de Caracas, el opositor Antonio Ledezma (i). EFE/Archivo

"La declaración del alcalde de Caracas fue muy importante, porque demostró que no existe democracia en Venezuela, pero aún así pide el ingreso en el Mercosur, lo que abre la posibilidad de estudiar una aprobación condicionada", dijo el senador Tasso Jereissati.

El parlamentario del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), así como esa formación política, era hasta ahora uno de los más duros opositores al ingreso de Venezuela al Mercosur.

Como relator de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Jereissati presentó el mes pasado un contundente informe, que será votado mañana por los 19 miembros del grupo, en el que recomendó que la adhesión de Venezuela al bloque sea rechazada por el "carácter autoritario" del presidente de ese país, Hugo Chávez.

No obstante, tras escuchar este martes al alcalde Ledezma, quien participó en Brasilia en una sesión de la comisión, Jereissati dijo hoy que podría votar en contra de su propio informe y aceptar que Venezuela ingrese al bloque que forman Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, si garantiza que la democracia será "respetada".

El alcalde caraqueño fue muy crítico en relación a Chávez, pero pidió a los senadores brasileños que tengan en cuenta que "una cosa es el Gobierno y otra el Estado venezolano".

También alertó de que Chávez "será más peligroso para la paz y la democracia en la región en la medida en que esté aislado" y trazó un paralelo con el bloqueo que Estados Unidos mantiene contra Cuba.

"Creo que el bloqueo a Cuba sirvió para entronizar el régimen que aún tutela a ese pueblo", declaró Ledezma, quien pidió al Senado de Brasil que impida que una situación similar se de en Venezuela.

La Comisión de Relaciones Exteriores decidirá mañana si aprueba o no el protocolo de adhesión de Venezuela al bloque y, en caso de que lo respalde, deberá remitirlo al plenario del Senado para una última y definitiva votación, que se realizaría antes de fin de año.

Según las proyecciones del oficialismo, que impulsa la aprobación del ingreso de Venezuela al Mercosur, diez de los 19 miembros de la comisión se inclinarían por aceptar el protocolo.

Sin embargo, la posición de Jereissati puede alterar esa cuenta en favor de la aprobación y facilitar las cosas incluso en el pleno del Senado, donde, pese a la declaración de Ledezma, todavía algunos senadores de notoria influencia mantienen su rechazo.

Entre ellos están los ex jefes de Estado José Sarney (1985-1990) y Fernando Collor de Melo (1990-1992).

Sarney, actual presidente del Senado, fue uno de los impulsores de la creación del Mercosur, mientras que Collor, en 1991, estampó su firma en el Tratado de Asunción, mediante el cual fue constituido el bloque.

Sarney fue contundente este martes, cuando poco antes de la intervención de Ledezma ante la Comisión de Relaciones Exteriores reiteró las razones de su rechazo al ingreso de Venezuela.

"La cláusula democrática que se implantó en el Mercosur tiene que mantenerse" y "Venezuela no la respeta", manifestó el presidente del Senado, cuyo papel puede ser clave si el proyecto es aprobado por la comisión y llega al plenario de la cámara alta.

El protocolo de adhesión de Venezuela fue aprobado por los Gobiernos de los cuatro países miembros en junio del 2006 y ha sido refrendado ya por los congresos de Argentina y Uruguay.

En Paraguay, el Gobierno lo retiró temporalmente de la pauta parlamentaria debido a que no había un ambiente propicio para su aprobación, por lo que, si es refrendado en Brasil, la decisión definitiva quedaría en manos del Congreso paraguayo.