Nélida Piñón dice que cree que nunca ha traicionado su "amor a la literatura"

Madrid.-  Dotada de una gran imaginación, esa "virtud excepcional que compensa cualquier carencia y complementa los sueños", la escritora Nélida Piñón evoca sus primeros años de vida en "Corazón andariego", un libro de memorias que refleja su amor por la literatura, su pasión por la vida y por la "aventura de la civilización".

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(EFE)

Poseedora de ese privilegio que tiene todo escritor de "inventar sin sufrir sanciones morales", la brasileña Nélida Piñón reconstruye algunos períodos de su vida en el libro de memorias "Corazón andariego", un tributo a la imaginación sobre el que hoy ha hablado con Efe esta escritora, una de las principales voces de la narrativa iberoamericana.

"Creo que nunca he traicionado mi extraordinario amor a la literatura, no sólo a la que yo hago sino a la que es patrimonio de la humanidad", decía hoy Nélida Piñón en una entrevista con Efe, en la que habla de sus memorias, recién publicadas en España por Alfaguara, y no oculta el entusiasmo que, como buena brasileña, le produce la elección de Río de Janeiro para la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016.

"Ha sido una gran alegría para Brasil, y creo que para la ciudad de Río de Janeiro será una maravilla, una oportunidad histórica. Y ha sido también un reconocimiento a América Latina", afirma esta escritora, considerada una de las principales voces narrativas de Iberoamérica.

Las memorias están centradas en su infancia y adolescencia, y en cómo se fue forjando su vocación de escritora. Pero en la segunda parte del libro surge la mujer adulta, esa incansable viajera que se siente heredera de otras épocas, de otras civilizaciones, y que comparte con el lector sus reflexiones sobre numerosas cuestiones.

Quedan fuera del libro su consolidación como escritora, sus amores, sus "amistades literarias". Ella ha procurado ser "muy discreta" y quizá se anime a hablar de todo eso en futuros volúmenes.

Merecedora de premios como el Juan Rulfo, el Príncipe de Asturias de las Letras o el Menéndez Pelayo, Nélida Piñón (Río de Janeiro, 1937) decidió ser escritora con tan sólo "siete u ocho años", cuando no sabía bien en qué consistía ese oficio.

Sus padres, a quienes rinde homenaje en este libro, le ayudaron a conseguirlo, inculcándole el amor por la lectura, por el teatro y por las bellas artes en general, y no reprimiéndole nunca la desbordante imaginación que poseía la futura novelista.

Esa imaginación le permitió desde niña a la autora de "La república de los sueños" meterse en la piel de escritores y personalidades de otras épocas: "Yo tengo un vínculo histórico muy grande con los siglos. Siempre imagino, cuando estoy en cualquier lugar, quién habrá pasado por allí a lo largo de los siglos para poder recuperar su sombra, su existencia. Mi sensibilidad apunta hacia el pasado tanto como hacia el presente".

"Y es que la imaginación es una virtud excepcional, que compensa cualquier carencia y complementa tus sueños", asegura esta mujer simpática y vital, que aprendió desde la infancia el consejo que le dio su madre de ser una escritora honrada y de no convertirse en "una pluma mercenaria que denigrase el acto de crear".

"Siempre he procurado no hacer un texto indigno de la pasión que siento por la literatura. Y creo que nunca he traicionado ese amor", subraya la escritora, quien reconoce que el camino no ha sido fácil.

"Vivir en Brasil no es fácil, está muy lejos de los centros decisorios, porque hay una estética del poder que también ejerce influencia en la estética literaria. Los países poderosos dictan las normas estéticas, y aquellos que no se casen con ellas no son tenidos en consideración, asegura Piñón, que es miembro de las Academias brasileñas de las Letras y de Filosofía.

Pero ella ha procurado mantener "la ilusión" y ha intentado hacer "lo que es posible". Le animó "mucho" la figura del escritor brasileño Machado de Assis, "el primer gran escritor de las Américas".

El hecho de ser mujer también añade dificultades a la hora de abrirse camino en el mundo, aunque la escritora le decía hoy a Efe que las que triunfan "se olvidan de decirlo, porque no les conviene".

"Creo que la vida de la mujer, incluso ahora, es mucho más difícil que la del hombre. Se dice que el feminismo es algo del pasado, pero eso es un engaño", y quienes lo dicen "no tienen noción de la historia, no han leído suficiente", añade la novelista brasileña, que acuñó hace tiempo una frase que resume su posición: "el mundo está gobernado por las corbatas".

El padre de Piñón murió con 55 años, y su figura emerge con fuerza en este libro. "Mi madre y yo tuvimos que sobrevivir sin él con mucho coraje y valor. En estas memorias tengo la sensación de que él vino a su hija pidiéndole reconocimiento público", comenta.

Ana Mendoza