ONGs denuncian el costo letal del retraso en regular el comercio de armas

Naciones Unidas.-  Más de 2,1 millones de personas han muerto a causa de las armas de fuego en los tres años que la comunidad internacional lleva negociando un tratado internacional para regular el comercio global de armamento, según un informe de una coalición de ONGs divulgado hoy.

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(EFE)

El informe resalta que los conflictos armados cuestan anualmente a las empobrecidas economías africanas unos 18.000 millones de dólares. EFE/Archivo

El documento, elaborado por Oxfam y otra docena de organizaciones, recalca la necesidad de que las conversaciones sobre esta materia que se llevan a cabo en la Asamblea General de Naciones Unidas desde 2006 se traduzcan pronto en acciones concretas.

"En los últimos tres años, casi 2,1 millones de hombres, mujeres y niños han muerto como resultado de la violencia armada. Millones más han resultado heridos, desplazados o empobrecidos. De existir un Tratado Internacional sobre Comercio de Armas (TCA), que regule el flujo de armas en el mundo, se habría podido paliar esta tragedia", asegura el informe presentado en Naciones Unidas.

Unas 700.000 muertes se deben a los efectos directos o indirectos de conflictos armados, como los de Darfur, Afganistán y Somalia, y el resto son en general resultado de las actividades de grupos criminales.

Otra consecuencias del tráfico de armas son, según el informe, las más de 16 millones de personas que resultan heridas de gravedad cada año y los 42 millones que a finales de 2008 estaban fuera de sus hogares a causa de la violencia.

Las ONG advierten de que las conversaciones para hacer realidad el TCA se hallan "atascadas en el carril lento de la diplomacia internacional", por lo que piden que se le dé un mayor impulso durante el actual período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

El tratado tendría como fin prohibir la venta de armas cuando se van a usar o existe la probabilidad de que se utilicen para violar el derecho internacional y los derechos humanos.

Con ello se pretende llenar el actual vacío regulador en el comercio internacional de armamento, que hasta ahora solamente está legislado a nivel nacional y regional.

El informe resalta que los conflictos armados cuestan anualmente a las empobrecidas economías africanas unos 18.000 millones de dólares.

También recuerda que "las transacciones incontroladas de armas" amenazan a la seguridad, complican la lucha contra la pobreza y desvían preciados recursos que podrían destinarse a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

"Mientras los diplomáticos pierden el tiempo, el problema se agrava", insiste el documento, que se señala que el volumen de exportación de armas entre 2004 y 2008 creció un 21 por ciento con respecto al cuatrienio anterior.

Las ONG señalan que un tratado efectivo combatiría la venta ilegal de armas, al tiempo que se evitaría que material bélico comprado en operaciones legales por Gobiernos legítimos se desvíe hacia usos inapropiados.

El informe pone como ejemplo la venta de armas y municiones francesas, israelíes y serbias a Chad, que aparentemente terminan en las manos de grupos armados aliados de Yamena que combaten en Darfur contra el Gobierno de Sudán.

Asimismo, señala que los modelos del rifle Kalashnikov AK-47 que se ven en manos de los combatientes que han devastado en los últimos 10 años a la República Democrática del Congo (RDC) son de fabricación búlgara, china, egipcia, rumana, rusa y serbia.

"Un tratado eficiente dificultaría el acceso a las armas y a las municiones a aquellos responsables de crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos, y evitaría que alimenten conflictos y corrupciones", afirman los expertos.