La ONU inaugura un nuevo clima de compromiso mundial

Naciones Unidas.-  La Asamblea General de Naciones Unidas parece haber inaugurado esta semana en Nueva York un nuevo clima de compromiso mundial que prime el multilateralismo en los conflictos internacionales.

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(EFE)

A ese nuevo ambiente ha ayudado el nuevo discurso de Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama, cuyo llamamiento a "una nueva era" de cooperación internacional ha sonado bien a todos.

El 64 período de sesiones de la Asamblea de la ONU que finaliza el lunes, con intervenciones de Perú, México, Cuba y Ecuador, se desarrolla con un afán de entendimiento, muy distinto al año pasado, cuando en pleno estallido de la crisis económica, los reproches de las naciones en desarrollo a los países ricos crearon mucha tensión.

A ese nuevo ambiente ha ayudado el nuevo discurso de Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama, cuyo llamamiento a "una nueva era" de cooperación internacional ha sonado bien a todos.

Hasta el díscolo presidente venezolano, Hugo Chávez, reconoció que "tiene química" con Obama y que, por primera vez, la tribuna de la ONU "olía a esperanza".

El escenario de la ONU también ha sido propicio para que después de año y medio de ruptura diplomática, los cancilleres de Ecuador y Colombia anunciaran anoche un "diálogo directo" y la designación en octubre de encargados de negocios para normalizar las relaciones.

La crisis política en Honduras ha dominado las gestiones diplomáticas en los pasillos de la ONU, ya que en vísperas de la inauguración de la Asamblea General saltó por sorpresa la noticia de que el depuesto presidente Manuel Zelaya estaba refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió hoy para tratar la situación en Honduras, a petición de Brasil, que no forma parte de este órgano.

El ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim, informó al Consejo de Seguridad de la situación en Honduras y en su legación diplomática, y pidió un pronunciamiento del principal órgano de decisión de la ONU para exigir el respeto de las normas de la Convención de Viena.

La iniciativa negociadora para la vuelta al orden constitucional se quiere dejar en manos de la OEA, según fuentes diplomáticas.

En Honduras se ha abierto una vía de esperanza con el anuncio de la reanudación del diálogo y la mediación del mandatario de Costa Rica, Óscar Arias, premio Nobel de la Paz en 1987.

La nota más discordante la ha puesto Irán, que reveló en una carta dada a conocer hoy y dirigida a la OIEA, el organismo nuclear de la ONU, la existencia de una segunda planta de enriquecimiento de uranio, lo que puede provocar nuevas sanciones internacionales.

El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, aseguró ayer en la tribuna de la ONU que su país estaba dispuesto a "participar" en la construcción de una "paz y seguridad duraderas" en el mundo.

Pero, al mismo tiempo defendió el programa nuclear de su país en ausencia de la delegación estadounidense ante la ONU, al igual que las de otras de naciones occidentales que abandonaron el pleno de la Asamblea General cuando él tomó la palabra.

En los debates, está siendo generalizada la demanda de reformas de los organismos internacionales y de democratización del Consejo de Seguridad de la ONU, para adaptarlos al nuevo orden geopolítico mundial del siglo XXI.

El líder libio, Muammar Gadafi, uno de los más críticos, denunció en su primera intervención ante la ONU el poder "antidemocrático" del Consejo de Seguridad, al que instó a transferir sus poderes a la Asamblea General, donde están representados todos los miembros de la organización.

Los países en desarrollo exigieron una mayor cuota de poder en las instituciones mundiales y más ayudas y transferencia de tecnología para afrontar el cambio climático, tema sobre el que se intentó avanzar en un consenso con vistas a un nuevo acuerdo mundial en la Cumbre de Copenhague de diciembre próximo.

Brasil también ha afianzado su liderazgo como país emergente en este foro, tanto en su protagonismo negociador en la crisis de Honduras, como en su papel de puente entre las naciones desarrolladas y las que están en vías de desarrollo.