Educadores reivindican el valor de la comunicación para evitar el vandalismo

Madrid.-  Los violentos enfrentamientos en la localidad madrileña de Pozuelo no acabarán con la acción policial, pero son una oportunidad para replantearse las políticas juveniles y reivindicar la comunicación entre padres e hijos, así como la implicación de toda la sociedad en la educación de los menores.

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(EFE)

El filósofo José Antonio Marina, durante la presentación del libro "¿Qué les digo? Cómo escuchar y hablar sobre las drogas con nuestros hijos", en un acto organizado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y la editorial Temas de Hoy.

Así lo han mantenido el filósofo José Antonio Marina y el director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Ignacio Calderón, en la presentación de "¿Qué les digo?", una guía editada por Temas de Hoy que proporciona pautas a los padres con hijos entre los 0 y 16 años para hablar sobre drogas.

"Los adultos estamos machacando a los adolescentes por vía directa o indirecta, por acción u omisión", ha asegurado Marina, quien ha explicado, además, que aunque se ha ampliado el periodo educativo, "hemos dejados solos a los niños".

El pasado domingo, las fiestas de Pozuelo de Alarcón terminaron con diez policías heridos y siete menores y trece mayores de edad detenidos por desórdenes públicos, atentado a agente de la autoridad y daños a mobiliario urbano, después de que la Policía se dirigiera a cientos de jóvenes que hacían "botellón".

Según Calderón, cuando estos casos tienen repercusión, propician preguntas como "qué hemos hecho o de dónde han salido estos jóvenes", pero luego se pretende que "todo vuelva a ser como antes", los medios desaparecen en 48 horas y el problema se olvida.

Sin embargo, el verdadero problema es "más complejo" y está relacionado con el estilo de vida de unos jóvenes "que se mueven en un ocio promovido por adultos, en fines de semanas con horas interminables en las calles que favorecen el consumo".

Estos actos, asegura el director de la FAD, son una oportunidad para reflexionar sobre "la sociedad que queremos", los valores y expectativas de futuro de nuestros jóvenes y para revisar las políticas juveniles.

"Ofertar actividades sanas como eventos deportivos funciona relativamente", ha señalado Calderón, quien ha advertido que prohibir al adolescente que salga tampoco es una solución.

En este sentido, Calderón ha afirmado que "el modelo de pastillas, porros, alcohol y nocturnidad no se resuelve con políticas policiales".

Para Marina, que defiende que "para educar a un niño se necesita la tribu entera", los planes "antibotellón" no son útiles porque las soluciones urgentes no existen e intentar que el Gobierno lo resuelva todo es "un reflejo tardofranquista".

"A nuestros jóvenes le damos empujones para acercarse a la droga con anuncios, por ejemplo, en los se que se dice: 'no esperes a tenerlo, tenlo ya'", ha explicado Marina.

Para este catedrático, estos mensajes animan a los adolescentes a resolver los problemas por la vía mágica, "y la droga es el método más rápido para creer que se ha resuelto el problema", aunque solo sea "una mala solución".

Marina ha reivindicado "una pedagogía de la conversación y no del interrogatorio" que se desarrolle desde la etapa infantil, pues la palabra junto a la ternura y la disciplina son "las grandes herramientas de los padres".

Si la comunicación se interrumpe a los 10 años, no se recuperará a los 14, ha asegurado Marina, quien ha sugerido que en el "entorno lingüístico" del menor no se deben evitar temas como las drogas o el sexo.

"Problemas como la violencia en la escuela serán irresolubles si el niño de 9 ó 13 años no lo cuenta", ha apuntado Marina.

Sobre los castigos a los responsables de los altercados de Pozuelo, Marina ha explicado que deben ser penas tan duras y bien publicitadas como han sido los actos, porque de no ser así "se favorece la irresponsabilidad".

"El ser humano reproduce el comportamiento por el que ha sido premiado", ha dicho Marina, por lo que ha apostado por censurar los compartimentos de jóvenes que "no matarían ni a una mosca" hasta que forman parte de una "multitud vociferante", donde se favorece la impulsividad, la impunidad y el anonimato.

"La educación no le importa a nadie, salvo cuando estallan sucesos como el de Pozuelo", ha denunciado Marina, quien ha añadido que "estos problemas no los va a arreglar la educación pero no se arreglan sin educación, que es el perejil de todas las salsas".