Hariri sigue sin formar Gobierno, dos meses después de su designación

Beirut.-  Al cumplirse mañana dos meses desde la designación de Saad Hariri como primer ministro, el dirigente libanés aún no ha logrado formar Gobierno y sigue preso de las disensiones internas y los efectos de la situación regional.

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(EFE)

El primer ministro libanés, Saad Hariri, (c), consuela a las hijas de Zeina Miri, la mujer que murió de un disparo durante una protesta, en Beirut (Líbano), el 2 de julio pasado. EFE/Archivo

"La situación está bloqueada", reconoció en declaraciones a Efe el diputado Butros Harb, independiente pero miembro de la coalición Fuerzas 14 de Marzo, encabezada por Hariri, hijo y sucesor político del ex primer ministro asesinado Rafic Hariri.

Saad Hariri fue designado primer ministro el 27 de junio como resultado de las elecciones parlamentarias del 7 de ese mes, que dieron como ganador a su alianza, formada por grupos y partidos considerada como pro occidental.

A pesar del apoyo obtenido, Hariri ha sido incapaz de formar su gabinete debido a que las dos coaliciones que dominan el país, la suya y las Fuerzas 8 de Marzo, ésta ultima liderada por Hizbulá y apoyada por Siria e Irán, no logran un acuerdo sobre la distribución de las carteras y los nombres de las personas que la ocuparán.

Todos están de acuerdo en la necesidad de formar un Gobierno de unidad nacional que pueda hacer frente a los innumerables retos a los que se enfrenta el país, incluyendo las continuas amenazas israelíes de bombardear el Líbano.

En las últimas semanas Israel ha multiplicado esas amenazas y asegura que, en caso de ataque contra su territorio, considerará al Gobierno libanés responsable si tiene en su seno a miembros del Hizbulá.

Anoche, en un discurso pronunciado durante un iftar (comida que rompe el mes de ayuno musulmán), Hariri aseguró que Hizbuláa formará parte de cualquier Gobierno, quiera o no Israel.

"Le aseguro al enemigo israelí que, le guste o no, el gabinete de unión nacional reagrupará las Fuerzas del 14 de Marzo y las de Hizbulá", enfatizó.

Las negociaciones están entrampadas, entre otros temas, por la distribución de las carteras entre las dos alianzas.

Según el diputado Harb, la coalición parlamentaria mayoritaria ha cometido el error de aceptar que la oposición ponga sus condiciones. "Una vez obtenidas, los llevó a pedir cada vez más", agregó.

"La única solución que se vislumbra -añadió- es que volvamos al principio de que la mayoría gobierna y la oposición controle la acción del gabinete. De lo contrario los problemas perdurarán".

Después de varias consultas y negociaciones, los grupos políticos libaneses habían logrado un acuerdo sobre una fórmula que concede 15 carteras a la mayoría, 10 a la oposición y cinco al presidente.

Sin embargo, esta solución es puesta en tela de juicio por la oposición representada por el general Michel Aoun, jefe de un importante grupo parlamentario cristiano, que exige seis carteras, entre ellas la del Interior, y conservar a su yerno, Gibran Bassil, como titular de Telecomunicaciones, lo que la mayoría rechaza.

Mas allá de estos problemas, también existen divergencias entre ambos grupos sobre el futuro del país, agravadas por las ramificaciones regionales e internacionales.

Las relaciones entre Siria y Arabia Saudí influyen en la situación libanesa y, según los analistas, si no mejoran sus vínculos será difícil que el Líbano puede salir del embrollo en el que está sumergido.

Parte del bloqueo político se debe al reposicionamiento del líder druso Walid Yumblat, uno de los pilares de las Fuerzas del 14 de Marzo, que anunció que aunque sigue perteneciendo a ésta no adopta todas sus posturas.

Yumblat teme que, en caso de conflicto suni-chií, la comunidad drusa vuelva a pagar el precio, como sucedió en mayo del año pasado, cuando ambos sectores protagonizaron violentos combates que causaron centenares de víctimas.

La Constitución no pone límite a las negociaciones de Hariri para formar Gobierno, según el diputado Harb, aunque se espera que quede instalado "en un tiempo razonable".

Según Harb, una posible dimisión de Hariri, si ve fracasadas sus negociaciones, "no resolverá el problema". "La mayoría nombrará a otro de sus miembros, y persistirá el embrollo", agregó.

Salvo un milagro de último momento, no se espera la inminente formación de un Gobierno en el Líbano, que según los optimistas podría tener lugar durante el mes de ramadán, mientras que otros creen que será a comienzos del 2010.

Una fuente cercana al jefe del Parlamento, el chií Nabih Berri, que pidió el anonimato, dijo a Efe que "no hay que perder las esperanzas ya que los contactos continúan tanto a nivel local como regional".

"Una sorpresa siempre es posible", añadió.