El 63% de los chilenos apoya la pena de muerte en casos extremos, según una encuesta

Santiago de Chile.-  El 63 por ciento de los chilenos apoya la aplicación de la pena de muerte, derogada en el país en 2001, en casos de extrema crueldad, según un sondeo del Centro de Encuestas del diario La Tercera publicado hoy.

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(EFE)

Según la encuesta, que se realizó los días 8 y 9 de julio, el apoyo a la aplicación de la pena de muerte es transversal y similar tanto entre hombres (64%) y mujeres (63%), como entre adherentes de la derecha (68%) y de la izquierda (60%). EFE/Archivo

La encuesta se realizó antes de la muerte de Francisca Silva, una niña de 5 años a la que el pasado domingo 2 de agosto un vecino de Valparaíso, ciudad donde residía la menor, secuestró, violó y lanzó al mar cuando aún estaba viva.

Este caso ha causado conmoción en la sociedad chilena y ha reavivado el debate sobre la pena de muerte, una sanción que se derogó en 2001, durante el Gobierno del entonces presidente Ricardo Lagos (2000-2006).

Diputados oficialistas y de la derecha opositora presentaron esta semana un proyecto de ley para restituir la pena de muerte en el país, una iniciativa a la que se opone tanto el Gobierno como el candidato presidencial de la derecha, Sebastián Piñera.

Según la encuesta, que se realizó los días 8 y 9 de julio, el apoyo a la aplicación de la pena de muerte es transversal y similar tanto entre hombres (64%) y mujeres (63%), como entre adherentes de la derecha (68%) y de la izquierda (60%).

La pena de muerte, que se aplicó por última vez en 1985, se reemplazó en 2001 por el presidio perpetuo calificado, que impide al reo acceder a beneficios carcelarios, como la libertad condicional, antes de 40 años.

Los padres de la menor expresaron ayer su preferencia por que el imputado, que está en prisión y bajo protección debido a las amenazas de muerte que ha recibido de otros internos, cumpla esa pena de presidio perpetuo calificado, similar a la cadena perpetua.

En cualquier caso, el Pacto de San José de Costa Rica, ratificado por Chile, señala que "no se restablecerá la pena de muerte en los estados que la han abolido", por lo que el país está imposibilitado a restablecer dicha pena en los casos para los que estaba prevista.

Un total de 58 personas fueron condenadas a muerte en Chile cuando este castigo estaba vigente: 29 de ellas por robo con homicidio, 24 por homicidios calificados, tres por homicidios con violación, uno por asalto con homicidio y otro por cometer un asesinato con incendio.

La última vez que se aplicó esta pena fue en enero de 1985, cuando dos reos de Viña del Mar (centro) fueron ejecutados por el asesinato de diez personas y la violación de cuatro mujeres a mediados de los ochenta.