Morales llama a la unidad en su retorno a la ciudad opositora de Sucre por el Día Patrio

Sucre (Bolivia).-  El presidente Evo Morales convocó hoy a la unidad y al trabajo en común para mejorar Bolivia, en su retorno a la sureña ciudad de Sucre, de mayoría opositora, para celebrar la Fiesta Nacional y los 184 años de independencia del país.

Tras dos años de ausencia por la confrontación entre los opositores locales y su Gobierno, Morales volvió a pisar la capital constitucional del país, que ha acogido tradicionalmente los actos centrales del Día Patrio.

Desde la Casa de la Libertad, donde en 1825 se fundó la República de Bolivia, el presidente dirigió un mensaje al país con varios llamamientos a la oposición para "trabajar juntos", a pesar de las diferencias, en favor del desarrollo de Bolivia desde la igualdad de todos sus ciudadanos.

"Si todos nos juntamos, Bolivia de acá en poco tiempo será un país respetado y apreciado en el contexto internacional. Será un modelo de país que lucha por la igualdad y que defiende su dignidad", proclamó Morales.

En presencia de representantes de los tres poderes del Estado e incluso de algunos líderes de la oposición, Morales reclamó también mayor coordinación, "no sometimiento" dijo, entre los tres estamentos para profundizar en el "proceso de cambio" emprendido por su Gobierno.

Bolivia celebra este año su primera Fiesta Nacional bajo la nueva Constitución promulgada el pasado febrero tal y como recordó el presidente indígena, quien destacó que tras 184 años de independencia es la primera aprobada por el voto popular.

Morales volvió a abogar por la completa "descolonización" de Bolivia para acabar con situaciones como la dominación de los más pobres y de los indígenas o la imposición de modelos económicos que "no han sido solución" para el país.

También aprovechó para resaltar que Bolivia es un país con esperanza, que "puede salir adelante" y dejar de ser el "último o penúltimo" de Latinoamérica.

Miles de seguidores de Morales acudieron hoy a Sucre para expresarle su apoyo, en una jornada que se desarrolló sin incidentes y donde el presidente recibió muchos aplausos, pero también algunas pitadas y gritos en contra, por parte de un grupo de opositores locales.

El único momento de tensión vivido en la mañana del Día Patrio, y que no pasó a mayores, se produjo cuando varios sucrenses dirigieron al presidente gritos como "Evo asesino, Calancha no se olvida" o "Esto es Sucre, Sucre se respeta".

Se referían así a los tres muertos y 300 heridos con que se saldaron las protestas de noviembre de 2007 en la zona de La Calancha, en Sucre, contra la Asamblea Constituyente y que dieron origen a la hostilidad de la ciudad hacia el presidente.

Las protestas se produjeron, porque la Constituyente no admitió la histórica reivindicación de Sucre de ser la capital plena de Bolivia ya que actualmente solo acoge al Poder Judicial, mientras que el Ejecutivo y el Legislativo residen en La Paz.

Tras los gritos en su contra, Morales abandonó el balcón presidencial desde donde seguía el desfile cívico-militar en el que participaron 111 organizaciones.

En cualquier caso, la presencia de Morales en Sucre y el recobrado protagonismo de la ciudad como sede de la fiesta nacional ha sido vista en algunos sectores de Bolivia como un síntoma de "normalización".

De hecho, varios líderes opositores del país destacaron la llamada a la unidad de Morales, pero le pidieron hechos concretos para que se produzca la reconciliación nacional, tal y como expresaron el presidente del Senado, Óscar Ortiz, o la alcaldesa de Sucre, Aydeé Nava.

También ciudadanos sucrenses trasladaron hoy a Efe su deseo de unidad, aunque también reclamaron que Morales "se ponga la mano en el pecho" para atender las necesidades de la ciudad y del departamento de Chuquisaca.

Otros, como el líder aimara Adrián Villanueva, saludaron el gesto de Morales de acudir a la ciudad para acabar con las "rencillas" y las "malas vibraciones" que generan "unos cuantos que no manejan la armonía de paz".