Rotundo triunfo de Manzanares, cuatro orejas y salida a hombros

Roquetas de Mar (Almería).-  El diestro José María Manzanares, que cortó cuatro orejas, fue el gran triunfador del festejo que inauguró hoy la feria de Santa Ana de Roquetas de Mar (Almería), una entretenida función que completaron los hermanos Rivera Ordóñez, Francisco y Cayetano, que a su vez cortaron una oreja cada uno.

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(EFE)

El diestro José María Manzanares. EFE/Archivo

Se lidiaron toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, nobles y de buen juego.

Francisco Rivera Ordóñez: pinchazo y estocada (una oreja); y pinchazo y estocada (ovación).

José María Manzanares: estocada (dos orejas); y pinchazo y estocada (dos orejas tras un aviso).

Cayetano Rivera: estocada (una oreja tras un aviso); y pinchazo, media estocada y un descabello (ovación).

Espectadores de excepción, Mariano Rajoy y Javier Arenas, acompañados en barrera por Curro Romero y su esposa Carmen Tello, que momentos antes de comenzar la corrida inauguraron en la misma plaza la exposición "Curro Romero, 50 años de alternativa".

La plaza tuvo media entrada en tarde soleada y con rachas de viento que molestaron en el ruedo.

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TORERÍA DE MANZANARES

Manzanares cuajó una faena de menos a más a su primero, con tandas de muletazos por el pitón derecho de mucho temple y torería. Rubricó su labor con una excelente estocada que le valió las dos orejas.

A su segundo, que flojeó de salida, lo toreó muy bien Manzanares a media altura hasta que consiguió arrancar una tanda de muy bella factura por el lado izquierdo, momento en el que toro fue a más, cuajándolo el torero después por los dos pitones con relajo y empaque. Terminó con unos cambios de mano muy toreros que entusiasmaron en los tendidos, y pese al pinchazo previo a la estocada final, cortó de nuevo dos orejas.

Rivera Ordóñez se encontró a gusto con el noble "cuvillo" que abrió plaza, con series de muletazos por los dos pitones de buen son aunque sin ajuste. Su segundo no tuvo la claridad y la nobleza de sus hermanos y tuvo que tirar Rivera de raza para cumplir su compromiso.

Cayetano toreó de muy buenas maneras con el capote a su primero. Con la muleta no se terminó de acoplar con un buen toro al que sólo le sacó muletazos sueltos. El que cerró plaza, castigado en exceso en varas, le dio demasiados pases por los dos pitones sin conseguir ligar ni una tanda.