Corbacho resta importancia al aplazamiento de reuniones y apuesta por el acuerdo

Madrid.-  El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, restó hoy importancia a que se haya aplazado la reunión de esta tarde sobre el diálogo social al 20 de julio y se mostró convencido de que la próxima semana todas las partes se moverán "en la dirección del acuerdo".

El Ministerio que dirige Corbacho aplazó anoche la cita prevista para hoy a petición de la CEOE sin explicar los motivos.

El secretario general de la CEOE, José María Lacasa, dijo esta mañana que han pedido el aplazamiento porque el Gobierno no ha concretado en qué cantidad piensa rebajar las cotizaciones de los empresarios a la Seguridad Social.

Según afirmó, el Ejecutivo se ha comprometido con ellos a enviarles mañana un documento con números y no como el del pasado 13 de julio en el que en materia de rebajas se decía que quedaban "pendientes" de la negociación, cuando en el primer borrador -del 25 de junio- proponía medio punto de recorte.

Sin embargo, Corbacho no confirmó ese punto e indicó que "no hay fecha concreta sobre si será mañana o la semana que viene".

"Lo que es evidente es que el lunes entraremos en materias concretas", ya que el diálogo social "no puede estar abierto toda la legislatura".

Al respecto, se mostró convencido de que la próxima semana el diálogo social va ir "en la dirección de llegar a un acuerdo".

Por ello, restó importancia al aplazamiento de la reunión de esta tarde y pidió que "no se saque de contexto", ya que así todas las partes "podemos tener un poco de margen" para seguir trabajando.

Según el ministro, el Gobierno hoy está trabajando con Hacienda sobre las disponibilidades presupuestarias y de la Seguridad Social para cerrar sus nuevas propuestas.

No obstante, precisó que "no debemos trabajar con prisas" ni con el objetivo de cerrar al acuerdo en "48 horas".

Sobre este punto, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, evitó hoy dar fechas, cuando hasta ahora se había decantado porque el pacto estuviera cerrado en julio.

El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, también rechazó la fijación de plazos, así como "líneas rojas" sobre temas que no se deban tratar, puesto que "entorpecen" la negociación.

Por otra parte, Corbacho descartó firmar sólo con CCOO y UGT, "esa hipótesis, de momento, el Gobierno no la contempla", ya que la firma de la hoja de ruta del diálogo social -el 29 de julio de 2008- fue tripartita.

Desde CCOO y UGT, sus secretarios generales, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, expresaron su temor a que la CEOE haya retrasado la reunión para mover el "perímetro" de los temas que se están negociando.

Toxo advirtió de que cualquier aplazamiento "no es bueno", aunque mostró su esperanza en que a partir del lunes pueda haber un avance "importante" e incluso "definitivo", especialmente en materia de protección de los parados que han agotado la cobertura del desempleo y no tienen otras rentas.

El Gobierno propone en su último documento que ese colectivo que carezca de otras rentas cobre durante seis meses, ampliables a otros seis, 420 euros al mes.

Méndez afirmó que, si el retraso en la negociación sirve para recuperar el tiempo perdido y concretar más las posiciones, "incluso habremos avanzando".

No obstante, avisó de que, si a finales de julio no hay acuerdo, "se pueden generar más problemas de los que hay y no precisamente por parte de los sindicatos".

Asimismo, coincidió con Toxo en que los empresarios no deben aprovechar la situación para abrir de nuevo la negociación y presentar asuntos que han siso aparcados por las partes, en referencia a un nuevo contrato con indemnización por despido de 20 días.

Sobre la posibilidad de que la negociación siga en septiembre, señaló que crearía "incertidumbre" y supondría una "cierta frustración" de las expectativas que la sociedad tiene en el diálogo social, "que no nos debemos permitir".