Marchan en apoyo al retorno de Zelaya, un día antes de diálogo con Micheletti

Tegucigalpa.-  Cientos de personas volvieron hoy a marchar en Tegucigalpa para exigir el retorno del depuesto presidente Manuel Zelaya, un día antes de que se inicie en Costa Rica un diálogo con el nuevo Gobierno hondureño, que lidera Roberto Michelleti.

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Los manifestantes, en su mayoría pertenecientes a organizaciones sindicales y campesinas, recorrieron cerca de dos kilómetros en una zona del oriente capitalino e impidieron durante varias horas el tráfico por una de las rutas que comunica al país con Nicaragua.

"Vamos a continuar las movilizaciones todos estos días, movilizándonos en todo el país", anticipó Juan Barahona, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).

El sindicalista convocó para el viernes a "paralizar" el país con tomas de las distintas carreteras, como "una medida de presión y para golpear la economía de los empresarios".

Los detractores de Zelaya, que congregaron el martes a miles de personas en Tegucigalpa, no convocaron hoy a ninguna manifestación en la capital y, salvo marchas en ciudades del interior del país, no está previsto que lo hagan hasta la próxima semana.

En el frente opuesto, maestros, campesinos e integrantes de distintos grupos sociales insistían hoy en el retorno del presidente depuesto, quien se reunirá mañana con Micheletti, a instancias de Estados Unidos y con la mediación del gobernante costarricense, Óscar Arias.

"Alerta, alerta, el pueblo está en la calle", coreaban los manifestantes, ataviados con camisetas rojas, sombreros o distintivos alusivos al Partido Liberal, al que pertenece Zelaya, y que mezclaban sus gritos de apoyo al depuesto gobernante con exigencias de expulsión a los "golpistas".

"El presidente no tiene que ir a negociar con Gobiernos usurpadores. Como pueblo le hacemos ver que él no tiene que negociar ninguna amnistía, porque él no es ningún delincuente", declaró a Efe Deisy Márquez, una profesora de educación media de 46 años, quien al igual que sus colegas mantiene suspendidas las clases.

Para Mario Zelaya -un apellido muy común en Honduras- "el pueblo está pidiendo lo justo" y "está peleando por la democracia y la verdadera Constitución de Honduras".

"Este golpe de Estado se ha generado a través de las directrices de los ricos", lamentó Santos Chirinos, líder de un consejo de organizaciones campesinas, cuyos representantes procedían de la capital hondureña y de otras zonas del país.

Fernando Izaguirre, un septuagenario que siguió la marcha de lejos, mientras trabajaba en algunas reparaciones en su casa, consideró que si se llega a una negociación deber ser contra el golpe.

"Con golpistas no se puede negociar, porque son pícaros. Dentro de un mes estarían dando otro golpe", aseguró, tras considerar que los golpes son cosas de "cavernícolas".

Los manifestantes, que hoy completaron diez días de movilizaciones en las calles de Tegucigalpa, ratificaron, además, su intención de mantener un "paro indefinido" de las actividades "hasta que se restituya el orden constitucional".

"Este diálogo que se va a iniciar en Costa Rica debe darse en Honduras ante el pueblo y que el pueblo esté escuchando", agregó Eulogio Chávez, dirigente de los profesores de educación media.

Pese a admitir que no es "liberal ni cachureco" (como se le conoce a los seguidores del Partido Nacional), señaló que lo importante en este momento es restituir "el orden constitucional".