Los forenses aseguran que el bebé sufrió al menos cinco golpes y que la acusada es imputable

Valladolid.-  Dos de los forenses que han declarado hoy en la vista contra la cuidadora de una bebé de seis meses que murió en agosto de 2007 han asegurado que la pequeña recibió "no menos de cinco o seis golpes" y otros dos forenses han confirmado que la acusada es imputable, distingue lo que está bien y mal.

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(EFE)

La mujer, para la que el fiscal pide doce años de prisión por homicidio, cometido presuntamente al golpear a una bebé de seis meses a la que cuidaba y causarle así lesiones que derivaron en el fallecimiento de la menor, durante el juicio.

El juicio, cuya tercera sesión se ha desarrollado hoy en la Audiencia de Valladolid hasta cerca de las 14.00 horas, se ha convocado por hechos ocurridos cuando la niñera, Rosario R.D., de 40 años, se ocupaba de cuidar a la menor en la vivienda de la abuela de la niña y se encontraban solas la encausada y la pequeña.

Hasta la casa, el 9 de agosto de hace dos años, se desplazó una vecina, al parecer alertada por expresiones de la encausada, y observó que la niña se encontraba muy mal, por lo que avisó al servicio de emergencias 112 que trasladó al hospital a la pequeña que finalmente murió.

Hoy, los dos forenses que practicaron la necropsia a la niña, han explicado que la menor presentaba no menos de trece o quince cardenales.

Han concretado que la bebé sufrió el "síndrome de niño zarandeado o sacudido y golpeado", lo que implica que se bamboleó su cabeza y ese movimiento sufrió una parada brusca con un golpe frontal contra una superficie rígida y acolchada que le originó inflamación cerebral, ausencia de llegada de oxígeno y derivó en su muerte.

Los expertos han especificado que la niña presentaba la mayor parte de los cardenales en la cara y han asegurado que "no" han encontrado "ningún indicio" de que la menor sufriera un atragantamiento -versión que sostiene la encausada sobre la forma en la que se produjo la muerte -.

Los forenses, en su comparecencia como peritos ante las seis mujeres y tres hombres que forman el jurado popular que deliberará sobre el caso, han establecido que los golpes en la cara y las lesiones de sacudida ocurrieron en un mismo periodo de tiempo, sin que hayan detectado signos de maltrato previo.

Las lesiones fueron "provocadas por otra persona" ya que la niña no tenía movilidad suficiente, no coinciden con una caída, "es una muerte homicida", ha resumido los peritos.

En la vista han declarado también otros dos forenses, que analizaron la situación mental de la acusada y que han concluido que Rosario R.D. es imputable, se le puede atribuir responsabilidad porque sí dispone de capacidad de conocer y actuar, de diferenciar entre lo que está bien y mal.

Han matizado que el cociente intelectual de la encausada se calcula en 75, está al margen de la capacidad intelectual límite, que se sitúa entre el 70 y el 80, sin que llegue a padecer retraso mental.

Esta situación supone un cuadro mental caracterizado por "déficit" de adaptabilidad, que merma la expresión del remordimiento, aunque "el autogobierno" está conservado, han precisado.

Han admitido la existencia de una disminución en el control de los impulsos en situaciones de crisis o estrés y han reconocido que la capacidad de reacción podría haberse visto desordenada en un caso de riesgo mortal para una bebé.

La vista oral, en la que el jurado popular ha formulado varias preguntas a testigos y peritos que han comparecido en el juicio, continuará mañana con la exposición de los informes finales de las partes.

Provisionalmente, el fiscal demanda doce años de cárcel por homicidio, la acusación particular veinticinco por asesinato y la defensa la absolución y, alternativamente, una pena por homicidio por imprudencia.