"Corazón de tinta", cine infantil a reivindicar

Redacción Internacional.-  La sobredosis de sagas fantásticas dirigidas al público infantil ha provocado que una de las más logradas, la que adapta el libro "Corazón de tinta" de Cornelia Funke con el actor Brendan Fraser, haya pasado injustamente desapercibida en el circuito comercial estadounidense.

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(EFE)

La escritora alemana Cornelia Funke a su llegada al estreno mundial de la película "Tintenherz" ("Corazón de tinta"), basada en el homónimo best-seller juvenil del que es autora, en Berlín (Alemania), en diciembre pasado. EFE/Archivo

Tras el bombardeo de "Harry Potter", de J.K. Rowling, "Las crónicas de Narnia", de C.S. Lewis, o "La brújula dorada", de Philip Pullman, esta nueva aspirante a saga -aunque con los resultados comerciales en Estados Unidos parece poco probable que sea así- puede presumir de aroma europeo dentro de su frasco de superproducción.

Con un reparto completado por Helen Mirren, Jim Broadbent, Paul Bettany, rodada en Italia y Londres y dirigida por quien adaptó a Henry James en "Las alas de la paloma" (1997), Iain Softley, "Corazón de tinta" es una cinta para niños a la vieja usanza: con verdadero interés no tan moralista como constructivo.

Su rumbo didáctico lleva a la pasión por la lectura, al poder de las letras y al viaje intelectual. Cornelia Funke imprime en sus textos un carácter metaliterario que produce un efectivo cóctel de influencias, ya que su argumento versa sobre una familia que tiene la capacidad de convertir todo lo que lee en los libros en realidad.

Con ese don, la hija pequeña se convierte en mercancía codiciada para un villano que quiere utilizarlo para dominar el mundo y, entonces, la película recorre toda suerte de aventuras y persecuciones más o menos entretenidas -y sorprendentemente originales- para su público objetivo, y muy llevadera para el público adulto.

En esta primera entrega, tanto el libro como la película alimenta sus subtramas con personajes de "Cenicienta", "El Mago de Oz" o "Las mil y una noches" y retan a sus protagonistas a pensar rápidamente en qué personajes podrán ayudarles en su aventura por rescatar el conocimiento, un juego en el que también entra el espectador.

Brendan Fraser, que había sido capaz de arrastrar al público pequeño con "George de la jungla" y, sobre todo, con la saga de "La momia", vuelve a demostrar lo importante que no es confundir la complicidad con el público infantil con la payasada, a la vez que deja espacio para el lucimiento de la actriz infantil Eliza Bennett.

Con sus 60 millones de dólares de presupuesto -y sólo 17 recaudados en el mercado estadounidense-, la película sigue estrenándose en distintos mercados buscando la rentabilidad en mercados como el español, donde se estrena esta semana, después de haber pasado con más pena que gloria por Latinoamérica.

Mateo Sancho Cardiel