Los familiares dicen que la víctima era una maltratada y retiraba las denuncias

Toledo.-  La hermana y la madre de Jessica relataron hoy en la vista oral que se sigue contra Antonio Manuel V.P., acusado de matar a la joven holandesa, explicaron que la víctima le tenía "mucho miedo" y que había retirado las denuncias que había presentado contra el acusado por malos tratos físicos y psíquicos.

En la sesión vespertina, Paloma, la hermana de la fallecida, explicó al tribunal del jurado la turbulenta relación que mantenía la pareja y que su hermana cambió de carácter, convirtiéndose en una persona "más agresiva" después de conocerle en el año 2000 cuando ella tenía 19 años.

La hermana explicó que Antonio era "posesivo y celoso", que no dejaba que Jessica se relacionara con nadie y que, incluso, la vigilaba con cámaras de seguridad que había instalado Antonio en la vivienda de Fuensalida donde ocurrieron los hechos el 31 de julio de 2007 y agregó que ella recogió una de las cámaras de la casa.

También explicó Paloma que llegó a denunciar a su hermana por la agresividad y los insultos que tuvo hacia ella, pero, que lo hizo a "modo de ultimátum" para que dejara de una vez a Antonio, lo que había intentado en varias ocasiones sin conseguirlo porque él la pedía perdón llorando y retiraba las denuncias.

La madre de la fallecida, Juana, también explicó que quiso internar a su hija para que la trataran psicológicamente porque necesitaba ayuda y se encontraba mal.

Respecto a la supuestas infidelidades de su hermana y en contra de lo que dijo el acusado en la vista oral, Paloma explicó que era Antonio el que frecuentaba los clubes de prostitución y que su hermana, con tres niños pequeños, el mayor iba a cumplir cuatro años cuando ocurrieron los hechos, difícilmente le quedaba tiempo para otra cosa que para atender a los menores.

Además, añadió que desde que nació la hija pequeña su hermana no tenía relaciones íntimas con el procesado y que dormían en camas separadas.

Respecto a la supuesta enfermedad de transmisión sexual que la fallecida habría contagiado al acusado y a su hija de cinco meses como dijo el procesado, la hermana y la madre lo negaron y explicaron que la pequeña tuvo una infección urinaria, por la que aún sigue en tratamiento.

La hermana relató que el día de los hechos llamó a su hermana por teléfono minutos antes de que muriera para preguntarle si había vuelto Antonio, que se había marchado con los niños, a lo que ella respondió urgiendo ayuda, que llamara a la Policía porque "el había vuelto con un cuchillo y la iba a matar", lo que ya había ocurrido cuando acudieron a Fuensalida desde Olías del Rey a los veinte minutos.

También dijo que fue a ver a los sobrinos a casa de la vecina y que los niños le contaron como su padre había cortado el cuello a su madre, afirmación que motivó las quejas del acusado, que estaba oculto tras un biombo para que los familiares de Jessica y él no se pudieran ver las caras.