Gran afluencia de votantes en unas elecciones clave para el Líbano

Beirut.-  Los libaneses han acudido hoy en masa a depositar su voto en unas reñidas elecciones parlamentarias donde la lucha principal se centra en dos coaliciones, una pro occidental de mayoría suní y otra pro siria, encabezada por el grupo chií Hizbulá.

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(EFE)

Una mujer libanesa ejerce su derecho al voto, hoy en las elecciones parlamentarias libanesas en un colegio electoral de Beirut (Líbano).

En algunos colegios electorales, como el de Nohbe en el barrio Haret Hreit, en el sur de Beirut, numerosas personas guardaban colas de hasta una hora para poder votar, como pudo constatar Efe.

Amal Nakur, una libanesa que se ha desplazado desde la región de Metn a unos 20 kilómetros de Beirut asegura en la puerta del colegio, donde la mayoría de personas consultadas es simpatizante del líder cristiano opositor Michel Aoun, dice que no se irá hasta que pueda votar.

"Si me tengo que quedar hasta las diez de la noche me quedo", afirmó Nakur.

El ministro libanés de Interior, Ziyad Barud, aseguró a la radio local Voz de Líbano que si continuaba el alto índice de participación podría alargarse la hora de cierre de los colegios electorales, previsto, en un primer momento, para las 19.00 hora local (16.00 GMT).

Para evitar altercados, especialmente en las zonas donde se enfrentan candidatos de distintas corriente políticas se han desplegado 50.000 soldados y policías.

En la escuela de Bint Ali que se encuentra en una barrio mixto libanés de suníes y chiíes, varias tanquetas del Ejército vigilan de cerca la situación, en una jornada donde hasta el momento se han registrado escasos incidentes en los que se han producido dos heridos.

Nisab Kasabi, de unos 35 años, insistió a Efe tras emitir su voto en Bint Ali que "las elecciones son muy importantes porque determinarán el futuro del país".

Kasabi comentó, además, que se habían producido algunas discusiones debido a que los nombres de muchos de los votantes no aparecían en las listas. Una denuncia que se ha repetido en varios colegios.

Para intentar solucionar este problema las autoridades han decretado que los electores podrán ejercer su derecho si su nombre se encuentra registrado en los archivos de empadronamiento.

Asimismo, cada votante está obligado a imprimir sus huellas dactilares junto a su nombre con una tinta especial para evitar intentos de fraude.

En las cercanías de los colegios, voluntarios de los distintos partidos intentan hasta el último momento influir en los votantes, especialmente en los indecisos, que podrían dar el voto decisivo en estas elecciones cuyos resultados se espera que sean muy apretados.

Este año, en el que la jornada electoral se celebra en una sola jornada en lugar de en cuatro, se ha prohibido el reparto de propaganda en el interior de los centros y estos voluntarios están obligados a mantenerse a al menos 75 metros de las puertas. Una distancia que no siempre está siendo respetada.

Los principales líderes políticos se acercaron a primeras horas de la mañana a las urnas, desde donde instaron a la población a votar.

El primer ministro, Fuad Siniora, que votó en la ciudad de Sidón, en el sur del país, aseguró que era la primera vez veía tanta "motivación" entre los electores en el Líbano.

Un total de 3.257.230 personas están llamados a elegir a 128 diputados, 64 cristianos y 64 musulmanes, entre unos 580 candidatos que se han presentado en todo el país.

La batalla principal enfrenta a dos coaliciones, las Fuerzas del 14 de Marzo, grupo mayoritario en el Parlamento y apoyado por Occidente y los conocidos como países árabes moderados, y las Fuerzas del 8 de Marzo, encabezadas por Hizbulá y sostenidas por Siria e Irán, entre otros.

Las elecciones están siendo supervisadas por más de 200 observadores internacionales, entre ellos casi la mitad de la Unión Europea.

El eurodiputado español José Ignacio Salafranca, que encabeza la misión de observadores de la Unión Europea, comenzó a primeras horas una gira por los colegios electorales, y afirmó ante la prensa que supervisarán 20 por ciento de ellos.

Por su parte, el ex presidente norteamericano Jimmy Carter, que preside una delegación de su fundación para supervisar la buena marcha de las elecciones, se mostró confiado en que estos se desarrollen de modo tranquilo.