Múgica cree que para combatir el hambre hay que cambiar las estructuras políticas

Gijón.-  El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha considerado hoy que el hambre y la pobreza pueden combatirse si "se produce un cambio en la estructuras políticas y económicas".

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(EFE)

El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, conversa con el presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, Marcelo Palacios, durante la clausura del VI Congreso Mundial de Bioética que ha debatido esta semana en Gijón aspectos relacionados con el hambre, la pobreza, la biotecnología y el consentimiento informado.

Múgica ha hecho esta declaraciones a los periodistas antes de clausurar el VI Congreso Mundial de Bioética titulado "Hambre, pobreza y bioética" celebrado en Gijón desde el pasado lunes 18 de mayo.

A la clausura de las jornadas, organizadas por la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), han asistido el consejero de Salud del Gobierno asturiano, Ramón Quirós; la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, y el presidente del Comité Científico de la SIBI, Marcelo Palacios.

Para el Defensor del Pueblo, combatir el hambre en el mundo es posible, y ha recordado que "la miseria y el hambre no son cuestiones inevitables, sino que asuntos que han de ser tenidos en cuenta por los gobiernos".

Ha declarado que "en los tiempos más remotos de la Humanidad ha habido hombres y mujeres que se han dedicado a luchar por la libertad y por la igualdad".

El Defensor del Pueblo ha apuntado que "no debemos cesar en esta lucha hasta que termine la injusticia que supone el hambre y la opresión de los pueblos".

Para Múgica, este cambio es una cuestión de voluntad política, que puede hacer que "los pueblos sean protagonistas de su propia historia".

En este sentido, ha señalado que el hambre y la miseria son cuestiones "prioritarias" en las políticas del Gobierno de España porque "han crecido los fondos destinados a la ayuda y cooperación internacional" en los últimos años.

Múgica ha destacado que las ayudas son necesarias, pero ha comentado que "todo crecimiento es poco en relación a lo que esos pueblos necesitan".

Para acabar con el hambre, el Defensor del Pueblo ha dicho que nos es partidario de condonar la deuda externa que España tiene con países tercermundistas porque "muchos de ellos están basados en sistemas corruptos en los que, a su juicio, el beneficio no repercutiría sobre la población, sino sobre sus dirigentes".

En su intervención en la clausura del VI Congreso Mundial de Bioética, ha subrayado que la calidad de vida es un derecho que ha de reconocerse a todos los pueblos en una era de progreso que "debe hacerse efectivo para erradicar el hambre y las enfermedades de los pueblos".

Ha señalado que el llamado Primer Mundo y las democracias tienen un papel esencial para combatir "las telarañas e injusticias" que se producen en el Tercer Mundo.

Marcelo Morelo ha reconocido que el congreso ha sido "muy positivo", pero ha comentado que "es vergonzoso" que el hambre siga siendo una realidad en el mundo en el que vivimos.

Durante el acto se ha leído una declaración de la ciudad de Gijón contra la pobreza y el hambre elaborado por profesores y alumnos de un instituto de secundaria, en la que han denunciado que toda persona tiene derecho a una alimentación, educación, asistencia sanitaria, tal y como reconocen las Naciones Unidas.

En su declaración, han apuntado a que la crisis económica puede agudizar la hambruna y la pobreza en países como India, China, Bangladesh y El Congo.

El congreso ha reunido a expertos en la materia,como el obispo y misionero Nicolás Antonio Castellanos, ganador del premio Príncipe de Asturias de la Concordia de 1998, quien declaró que la crisis económica "es un buen momento" para debatir sobre la necesidad de llegar a un "un pacto social entre ricos y pobres que permita construir un mundo más justo".