El "armario" en Toledo sigue cerrado, pero se busca la llave de la igualdad

Toledo.-  Para las lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, Toledo es una ciudad conservadora en "la que queda mucho por hacer", aunque gracias a iniciativas como el Servicio de Atención, Orientación y Apoyo a la Diversidad, puesto en marcha por Bolo-Bolo, "vamos avanzando hacia la igualdad social".

Así lo declaran a Efe tanto el coordinador de programas de Bolo-Bolo, Alejandro Alder, como el coordinador de Educación de la asociación, Arturo Sánchez, para quienes la igualdad legal ya se ha conseguido, pero no la social, "que es la igualdad real".

Ambos aseguran que, por estas circunstancias, "quien no se va a vivir a Madrid o Barcelona, que ofrece más ocio al colectivo de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, vive aquí en la sombra durante la semana y los fines de semana huye a la capital".

Bolo-Bolo nace en 2001 con el objetivo de reivindicar en Castilla-La Mancha todo lo relacionado con la realidad del movimiento de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB).

Más tarde, ingresa en la Federación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), a la que pertenecen 54 organizaciones LGTB de España, lo que implica ser miembro observador del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.

"Tenemos una responsabilidad y un peso dentro del ámbito internacional en lo que respecta a las reivindicaciones del colectivo, algo que nos llena de orgullo", dice Alejandro.

Los socios a día de hoy alcanzan más de la veintena, además de que existen los voluntarios que ayudan a la hora de realizar actividades.

El servicio de Atención, Orientación y Apoyo a la Diversidad Sexual de Toledo, con cuatro meses de vida y al que seguirá el que se creará en Albacete próximamente, es pionero en Castilla-La Mancha y a día de hoy ya ha recibido más de 175 consultas.

Este servicio de consultas tiene el objetivo de orientar, apoyar y atender las demandas de las personas del colectivo LGTB pero "también está abierto a cualquier persona que se interese por la realidad que nos rodea", dice Alejandro.

Y comenta: "recibimos todo tipo de consultas que provienen de todo tipo de personas, desde padres, educadores o jóvenes mayores de edad, hasta consultas de ámbito internacional provenientes de Marruecos, Suiza o algunos países de latinoamérica o de universidades de España y de otras partes del mundo".

Las consultas se pueden realizar a través de internet, de una llamada telefónica al centro, o a través de la web de Bolo-Bolo, además de que el interesado puede acudir hasta el mismo Centro Cívico de Toledo, donde se encuentra Bolo-Bolo.

Arturo Sánchez explica que tanto él como Alejandro, muchas veces tienen que ejercer de psicólogos, expertos en sexología o educadores.

No obstante, señala que los miembros de la asociación están preparados para recibir este tipo de consultas y para resolverlas, ya que durante todo el año están formándose con diversos cursos especializados en cada materia.

Y si la consulta no estuviera dentro de sus conocimientos, las organizaciones de colectivos LGTB trabajan de manera horizontal, de manera que los afectados se derivan a un lugar más específico en donde las personas puedan ser mejor atendidas.

Por su parte, Sánchez se detiene más en explicar las actividades relacionas con su área y que coparán toda la atención durante el 2009, año que Bolo-Bolo dedica a la Campaña de la Educación por la Diversidad.

En este sentido, Sánchez remarca que le parece adecuado que se imparta la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC) en las escuelas, ya que "trata sobre la igualdad entre hombres y mujeres, de derechos humanos y de valores democráticos".

"Hay que enseñar que cada uno es como es", y además, "hay que hablar de las cosas para poder entender y manejarnos en la sociedad en la que vivimos", dice Sánchez, para quien "no hacerlo supone crear ciudadanos de segunda que no viven en la realidad".

"Esta asignatura genera personas y crea ciudadanía y debate" y, en este sentido, Arturo insta a que EpC se imparta durante más de dos horas a la semana y que esté en consonancia con otras asignaturas técnicas como las matemáticas o la lengua castellana.

Bolo-Bolo es, en palabras de Alejandro y Arturo, un lugar donde se habla de todo, se escucha a la gente, y se nos escucha, "algo que es esencial", dicen.