Casi 30 años comiendo cocos

Si Stefan Zweig relatase hoy algunos de los momentos estelares de la humanidad quizá contaría cómo Toru Iwatani, al ver una pizza a la que le faltaba una porción, ideó uno de los grandes iconos de la cultura popular: Pac Man. La historia de la famosa pizza no es del todo exacta, pero es así como a este empleado de Namco le gusta contarla. Casi 30 años después nos enteramos de que la compañía lanzará una nueva versión del clásico en 2010.

¿Te gusta el nuevo Pac-Man?

En estas tres décadas se han lanzado multitud de versiones para toda clase de plataformas y Pac Man se ha convertido en toda una saga. El propio Toru Iwatani, que ahora se dedica a dar clases en la universidad, supervisó hace un par de años una nueva versión en alta definición para la Xbox 360. Pero en Namco quieren celebrar el aniversario como se merece, por lo que será el diseñador estrella Hirokazu Yasuhara, creador de Sonic, el que se haga cargo de actualizar el mito para los nuevos tiempos.

Innovador para su tiempo

En una entrevista publicada en el libro 'Programadores en Acción' —editado por Microsoft en 1986— Toru Iwatani decía que más que un informático se consideraba simplemente un artista sin un interés especial por los videojuegos, un creador visual que aunque trabajaba con ordenadores podría haberlo hecho en cine o en televisión. Ya por aquel entonces demostraba tener ideas visionarias: "Me gustaría producir algún tipo de juego muy dramático. Quiero que la gente tenga la oportunidad de experimentar otras emociones, como la tristeza". Estaría bien saber qué opina hoy de títulos como Spore.

Iwatani se puso al frente de un equipo de cinco personas que trabajaron en el proyecto más de un año. Un programador, un músico, un ingeniero de hardware, un diseñador y él mismo tuvieron que pelearse con el limitado hardware de la época. El fruto de aquel trabajo fue que, en 1980, la idea original apareció tal y como había sido concebida en los salones recreativos.

Desde entonces el mundo ha gastado millones de monedas para intentar superar las 256 fases de las que consta el juego, y es que Pac Man, aunque lo parezca, no es infinito. Por un problema en la programación al llegar a la pantalla 256 aparece la famosa pantalla partida. Esta fue corregida el año pasado cuando un programador localizó el error y lo corrigió, aunque no pudo hacerlo en la copia original por un problema de derechos de autor.

El que compre hoy la máquina recreativa —cuesta 2.999 dólares— aún se topará con esa famosa fase imposible de superar. En 1999 el estadounidense Billy Mitchell, un tipo que parece salido de una película de los hermanos Cohen, logró alcanzar la pantalla fatídica por primera vez en la historia logrando hacer 3.333.360 puntos, que es la puntuación máxima que puede alcanzarse. Mitchell se hizo tan famoso que incluso tiene una salsa que lleva su nombre.

Otro de los grandes aciertos de Iwatani fue pensar en las chicas como potenciales jugadoras, pues no existían máquinas recreativas para ellas: "Todos los juegos de ordenador que había entonces eran de tipo violento. Juegos de guerra y de invasores del espacio. No había juegos con los que pudiera disfrutar todo el mundo, y especialmente no había ninguno para mujeres". Por otra parte, no es ningún mito que las bolas que traga el comecocos son auténtica comida: "Los japoneses tienen una palabra coloquial, paku paku, que usan para describir la idea de una boca abriéndose y cerrándose cuando uno come. El nombre Pac Man viene de ahí".

También puedes llevarlo en tu i-Phone.

Por si alguien no lo sabe, Blinky, Pinky, Inky, y Clye —los cuatro fantasmas del juego— no sólo tienen su propia personalidad, además tienen sus propias estrategias de ataque. Esta es una de las claves del juego, pues los acosos a Pac Man responden a una pauta. Según crece la dificultad cuando avanzamos por los distintos niveles, los fantasmas se abalanzan con más frecuencia contra el protagonista.

¿Quieres jugar? Ten en cuenta esto

Es conocido el gran fiasco de Atari cuando lanzó una versión chapucera del juego para su mítica consola 2600. Vendieron siete millones de copias, pero se volvieron tan locos con sus previsiones que quedaron en el almacén otros cinco millones sin vender —es fácil encontrarlas en eBay tiradas de precio—. De hecho, aún hoy no es sencillo jugar una partida al Pac Man original. Por ejemplo, la edición para Wii está basada en la adaptación que Nintendo realizó en los 80 para la NES.

Para jugar a la versión para máquinas recreativas en la videoconsola o en el ordenador, lo mejor es recurrir a las distintas ediciones de Namco Museum o utilizar el emulador MAME —existe una web especializada en los títulos de la saga—. Mucho más fácil es descargarse una copia en las ediciones oficiales para móviles. Si quieres jugar online puedes hacerlo en esta web, sin recurrir a las versiones pirata en flash que abundan en la red y que no suelen ser muy fieles.

Fuente de inspiración

El Pac-Man y los fantasmas han sido motivo de inspiración para toda clase de cosas. En su momento se realizó una serie de televisión un tanto siniestra; Seven Up y Pepsi lo utilizaron en sus anuncios de televisión, un artista francés hizo una escultura de su esqueleto, y la colección primavera-verano de este año del modisto Gilles Deacon está inspirada en el personaje y en los fantasmas. En las tiendas se pueden encontrar tantos trastos inspirados en el famoso comecocos que la lista casi no tiene fin. El año pasado incluso se hablaba de algo que tiene toda la pinta de ser una mala idea: hacer una película inspirada en él.

¿Te gusta el juego? ¿Sueles echar una partida? ¿En qué plataforma? ¿Alguna anécdota con el comecocos? Te escuchamos.