Quito insiste en pedir a Bogotá "requisitos mínimos" para restaurar relación

Quito.-  El Gobierno de Ecuador insiste en que Bogotá debe cumplir unos "requisitos mínimos" para restablecer las relaciones diplomáticas, rotas hoy hace un año como consecuencia del bombardeo colombiano de un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano.

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(EFE)

La desconfianza de Ecuador hacia su vecino del norte no se ha reducido un año después de que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, decidiera romper las relaciones tras la acción militar, llevada a cabo el 1 de marzo de 2008, por lo que ha hecho caso omiso de los llamamientos desde Colombia para restaurarlas. EFE/Archivo

La desconfianza de Ecuador hacia su vecino del norte no se ha reducido un año después de que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, decidiera romper las relaciones tras la acción militar, llevada a cabo el 1 de marzo de 2008, por lo que ha hecho caso omiso de los llamamientos desde Colombia para restaurarlas.

En el ataque al campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), denominado "Operación Fénix" murieron 26 personas, entre ellas el considerado segundo al mando de esa guerrilla, Luis Édgar Devia "Raúl Reyes", cuatro estudiantes mexicanos y un ciudadano ecuatoriano.

Durante el último año ni siquiera los buenos oficios de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha enviado a sus representantes a los dos países en varias ocasiones (la última, su secretario general, José Miguel Insulza, la semana pasada a Ecuador), han logrado aproximar la posiciones de ambos Gobiernos.

En la última declaración de Correa sobre este asunto, realizada ayer en un acto con la Policía Nacional, el presidente reiteró estar "dispuesto a reanudar las relaciones con Colombia una vez que se hayan cumplido con las legítimas exigencias de Ecuador".

Sin embargo, para que no quedasen dudas, señaló que, "en lo personal", no perdonará "jamás a los que traidoramente ordenaron mancillar el suelo patrio", en clara referencia a su homólogo colombiano, Álvaro Uribe.

A las declaraciones de ministros colombianos de que el restablecimiento de relaciones se podría dar en cuanto Ecuador quiera, la respuesta desde Quito ha sido siempre que será cuando Bogotá cumpla las "legítimas exigencias" del Gobierno ecuatoriano.

El canciller, Fander Falconí, ha insistido y señalado en repetidas ocasiones que la relación diplomática con Colombia seguirá rota mientras el Gobierno colombiano no cumpla con cinco requisitos mínimos.

Ecuador exige que Colombia refuerce la presencia militar para un control efectivo de su lado de la frontera, donde existe presencia de la guerrilla y grupos paramilitares, y que ponga fin a la campaña que, según Quito, intenta relacionar al Gobierno ecuatoriano con las FARC.

Además, solicita a Bogotá que indemnice a la familia del ecuatoriano Franklin Aisalla, fallecido en el ataque, y que aporte recursos para atender a miles de colombianos que han buscado refugio en Ecuador, al huir de la violencia en su país.

Y la última exigencia a Colombia es la entrega de toda la información sobre la "Operación Fénix".

Falconí repitió, ayer mismo, en que si Bogotá no acepta esos requisitos, que consideró "cumplibles", los vínculos diplomáticos continuarán rotas.

Las informaciones que desde Colombia se refieren a la escasa capacidad de Ecuador para controlar su frontera ante el paso de irregulares colombianos son otro de los asuntos espinosos que entorpecen las relaciones entre ambos países, según Quito.

A eso, el ministro de Defensa ecuatoriano, Javier Ponce, y otros altos funcionarios, han respondido que el problema más bien lo tiene Colombia, que debe controlar su lado de la frontera para que esos grupos de guerrilleros, paramilitares o narcotraficantes no pasen a Ecuador.

En ese sentido, el propio Correa en una réplica al ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, le dijo que empezase por su casa a perseguir a terroristas y narcotraficantes.

Ponce lanzó otra puya a su colega colombiano y aseguró que "Ecuador va a querer restaurar" sus relaciones con Colombia cuando ese país "renuncie a esa rémora de la doctrina de Bush", en referencia al ex presidente estadounidense George W. Bush.

Esa estrategia, explicó, justifica que, en defensa de los intereses nacionales, "se puede violar la soberanía territorial de otro país".