Edad mínima para el sexo: La visión de un psiquiatra

El PNV ha planteado modificar la ley que considera los 13 años como la edad mínima para poder tener relaciones sexuales consentidas, elevándola quizás hasta los 16 años. Por una vez, y ojalá que sean muchas más, aplaudimos dicha iniciativa. Independientemente, cuando un mayor de edad mantiene relaciones sexuales con un menor, aún cuando éstas sean consentidas, es un delito tipificado en el Código Penal si se produce una situación de engaño, posición de poder o influencia . A dicha figura se le denomina estupro.

AZAdam (Flickr)

Para analizar esta cuestión tenemos que tener en cuenta que la Biología marcha aquí por un lado y la Psicología por otro muy distinto. Si siguiéramos un criterio exclusivamente 'biologicista' resulta evidente que una chica de 13 años tiene en la mayoría de los casos un desarrollo sexual prácticamente completo. Su organismo es capaz de mantener relaciones sexuales satisfactorias de las que puede derivarse un embarazo y un parto del todo normales. A veces, incluso, ocurre que se produce una pubertad precoz y el desarrollo de la función se adelanta mucho hasta lo diez u once años. Existe en la literatura médica un triste caso de una niña embarazada con sólo cinco años de edad, que por causa de un tumor hipofisario tuvo una pubertad a esta edad tan temprana y además fue violada. La naturaleza es a veces cruelmente ciega.

Pero el ser humano no es sólo biología, somos también seres psicológicos y sociales, y aquí estriba el problema. La maduración biológica en nuestra sociedad es muy anterior a la madurez psicológica. La correcta alimentación y las óptimas condiciones de salud hacen que nuestros niños se desarrollen pronto, pero sin embargo la madurez psicológica está muy retrasada entre nosotros si la comparamos con otras épocas históricas o con otras culturas actuales. Hace sólo 200 años, lo que supone el paso de poco más de seis generaciones, nos encontramos con la figura de Napoleón Bonaparte que a los veintisiete años era general y a los treinta era dueño de Francia. Hoy nos inquietamos porque tenemos una ministra de sólo 31 años y hace sólo unos días había una polémica sobre la corta edad del ministro de Economía alemán de tan sólo 37. Las cosas sin duda han cambiado mucho.

El proceso de maduración psicológica es algo extraordinariamente complejo que implica al menos la adquisición de cierto grado de autonomía personal, el tener un proyecto de vida medianamente estable, la capacidad creciente para tolerar las frustraciones y el desarrollo de una mínima libertad de elección fundamentada en la experiencia. Como es obvio todo esto es mucho más dependiente de factores socio-culturales que de aspectos puramente biológicos y en las sociedades occidentales se produce un enlentecimiento enorme de la maduración psicológica y un desfase importante con la madurez biológica. No entramos en las razones de todo ello y si resulta conveniente o no, tan sólo queremos señalar el hecho.

Se dirá, y con razón, que la sexualidad ya no tiene por qué estar unida a la reproducción. Y que una niña de 13 años que no está preparada para ser madre, sí puede estarlo para disfrutar de la sexualidad. Sin duda y de hecho la mayor capacidad sexual se tiene, según algunos, antes de los 20 años y a partir de entonces tristemente decrece. Pero se olvida algo esencial en la figura del estupro y es que la relación se establezca entre una menor y un mayor de edad. Tenemos que garantizar que los adultos no utilicemos nuestra posición hegemónica para manipular o sacar provecho de la niñez o la pubertad, porque aquí como en tantas otras facetas de la vida en sociedad, el derecho del débil debe prevalecer. Una sociedad que no cuida y protege a sus niños es indigna.

* El doctor Benito Peral es psiquiatra clínico y colaborador de soitu.es.