Merino obtiene galardón por la riqueza y la pluralidad de su obra

Valladolid.-  El escritor José María Merino ha sido galardonado hoy con el Premio Castilla y León de las Letras por la riqueza y pluralidad de su obra, así como por la variedad de géneros acometidos en una trayectoria que abrió con el poemario "Sitio de Tarifa" (1972) y al que siguió "Novela de Andrés Choz" (1976).

El jurado encargado de fallar el premio, del que han formado parte los narradores Gustavo Martín y Elena Santiago, ha elogiado también la capacidad del autor distinguido "para crear un mundo de ficción, anclado en la realidad cotidiana pero abierto al universo de la fantasía y de los sueños".

Nacido en La Coruña en 1941, Merino se trasladó de niño a León, ciudad que el pasado 30 de enero le acogió como "Hijo Adoptivo" y a la que dedicó el libro "Intramuros" (1998), donde evoca su infancia y adolescencia en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo.

Se estrenó en la letra impresa con la poesía, aunque su obra se ha nutrido principalmente con la prosa a través de artículos, ensayos, críticas y novelas que le han procurado, entre otros galardones, el Premio Nacional de la Crítica (1986) por "La orilla oscura", el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (1993) por "Los trenes del verano", y el Torrente Ballester (2006) por "El lugar sin culpa".

Con el título de su segundo poemario, "Cumpleaños lejos de casa" (1973), anudó hace tres años su obra poética completa, de la que también forma parte "Mírame Medusa y otros poemas" (1984).

De su producción narrativa, que arrancó con la premiada "Novela de Andrés Choz" (1976), destacan títulos como "El caldero de oro" (1981), "La tierra del tiempo perdido" (1987), "Las visiones de Lucrecia" (1996), "El heredero" (2003) y "El lugar sin culpa" (2006).

Pero ha sido la corta distancia, en forma de novelas breves, cuentos y microrrelatos, la que más ha caracterizado a su obra dentro de una faceta que ha reunido en libros como "Cincuenta cuentos y una fábula. Obra breve (1982-1997)", "Cuentos" (2000) y "La glorieta de los fugitivos: minificción completa" (2007).

El Premio Castilla y León de las Letras está dotado de 18.500 euros y una medalla acreditativa que recibirá Merino, junto a los galardonados en el resto de las ocho modalidades convocadas, en una fecha próxima al 23 de abril, Día de la Comunidad.

Desde 1984, en que fue instituido, el Premio de las Letras ha recaído en Gustavo Martín Garzo (2007), Raúl Guerra Garrido (2006), José Ángel González Sainz (2005), Luciano González Egido (2004), Josefina Aldecoa (2003), Elena Santiago (2002), Eugenio de Nora (2001), Luis Mateo Díez (2000), Antonio Pereira (1999), Antonio Colinas (1998), Gonzalo Santonja (1997), Francisco Rodríguez Adrados (1996) y Gonzalo Torrente Ballester (1995).

Poseen también esa distinción Victoriano Crémer (1994), Emilio Alarcos (1993), José María Valverde (1992), Carmen Martín Gaite (1991), Rosa Chacel (1990), Franisco Pino (1989), José Jiménez Lozano (1988), Julián Marías (1987), Claudio Rodríguez (1986), Antonio Gamoneda (1985) y Miguel Delibes (1984).