La población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica aumenta el 30 por ciento desde 1990

Valladolid.-  La población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica ha aumentado el 30 por ciento desde 1990, hasta una cifra de entre 105 y 130 ejemplares, de los cuales entre 57 y 70 se encuentran en Castilla y León.

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(EFE)

La consejera de Medio Ambiente de Castilla y León, María Jesús Ruiz y el director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, durante la presentación esta mañana de los resultados del Plan de Recuperación del Oso Pardo Cantábrico.

Así lo reflejan los resultados del Plan de Recuperación del Oso Pardo Cantábrico, presentados hoy en una rueda de prensa por la consejera de Medio Ambiente de Castilla y León, María Jesús Ruiz.

La consejera ha valorado el repunte de población de esta especie acaecido en los últimos años, así como las medidas que han ayudado a que se produjera en el marco de este Plan, que ha supuesto una inversión cercana a los 5,5 millones de euros.

Hasta 2007, se recogieron 5.318 fichas de observaciones de osos pardos, de las cuales un 32 por ciento pertenecían al sector occidental, que incluye la zona de Ancares y el Alto Sil en la provincia de León.

El 64 por ciento restante corresponde al sector occidental, que abarca Picos de Europa en León y Fuentes Carrionas en Palencia.

Los resultados del Plan recogen que en los últimos años se ha sucedido un progresivo aumento de las osas con cría y los oseznos nacidos cada año, pasando estos últimos de diez en 1999 a cuarenta en 2007.

El director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, ha explicado que son pocas las crías que sobreviven cada año debido a la alta mortalidad infantil existente "en cualquier especie animal", por causas como inviernos duros o asesinatos por parte de los osos macho en épocas de celo.

En el periodo 1990-2008 se han detectado diecinueve muertes de osos pardos a los que se realizaba un seguimiento, de los cuales seis murieron por disparos, cuatro como consecuencia del uso de venenos "generalmente contra el lobo", cuatro víctimas de infanticidios, uno atropellado y dos por causas desconocidas.

Estos resultados recogen información sobre observaciones directas de osos pardos, huellas y otros indicios, o coordenadas de visualización.

Durante estos 18 años se han reforestado un total de 319 hectáreas de terrenos protegidos, con más de 307.000 plantas de dieciséis especies de frondosas y productoras de fruto, con el objetivo de garantizar el hábitat de esta especie animal.

Además, se han desarrollado cuatro programas de alimentación suplementaria para aportar a los osos carroñas y frutos complementarios a su dieta habitual.

La erradicación de la caza furtiva ha sido otra de las líneas que ha seguido el Plan, y hasta 2008 se han retirado 379 lazos de acero en el Alto Sil (León), aunque, según ha reconocido Ruiz, este tipo de trampas suelen estar ideadas para la caza de especies como el jabalí.

La consejera ha comentado, en este sentido, que existe un "respeto y una conciencia general" hacia el oso pardo, catalogado en peligro de extinción desde 1990, por parte de la población de las diferentes zonas protegidas.

El Plan incluía también compensaciones económicas por los daños producidos por el oso pardo en las provincias de León y de Palencia, las cuales han supuesto una cuantía de 576.612 euros.

Ruiz ha informado de que el nuevo proyecto de protección del oso pardo prevé una ampliación de un 30 por ciento del espacio en el que se desarrolla el plan de recuperación, en la zona de la montaña central de León y el Valle de San Emiliano, ambas protegidas por la Red Natura 2000.

Asimismo, ha avanzado que el borrador de este Plan volverá a publicarse antes de su aprobación, en pos de que ayuntamientos y asociaciones conservacionistas vuelvan a presentar sus alegaciones al mismo.

La consejera ha destacado la importancia de la colaboración que se viene produciendo desde hace unos años con las comunidades de Asturias, Cantabria y Galicia respecto a las actuaciones con el oso pardo.