La UE tendrá nueva Comisión, elecciones europeas y, quizá, un nuevo Tratado en 2009

Bruselas.-  La UE tendrá un año 2009 especialmente intenso, con elecciones al Parlamento, una nueva Comisión Europea y un segundo intento para ratificar y poner en marcha el Tratado de Lisboa, que prevé profundas transformaciones en la Unión.

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(EFE)

Vista general de la primera sesión plenaria del año en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo (Francia).

El año comenzará bajo la presidencia de turno de la República Checa, cuyo presidente, Vaclav Klaus, es un destacado euroescéptico, y que aún no ha ratificado el Tratado de Lisboa, aunque el Gobierno de Praga promete un trabajo "sólido y profesional".

Esta presidencia es, para una fuente diplomática comunitaria, un ejemplo de que la UE "necesita estar preparada institucionalmente para dar respuestas" rápidas a cualquier reto, ya que "no da estabilidad" el paso de la presidencia bajo el francés Nicolas Sarkozy a otra bajo un Gobierno con veleidades euroescépticas entre algunos de sus miembros.

El presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, pidió hoy que el Gobierno checo ratifique el Tratado durante los primeros seis meses del año, y dijo que el impulso a ese texto será una "tarea clave" de Praga.

Ya al final de la presidencia checa, la UE celebrará elecciones europeas en junio.

Esas elecciones "ayudarán a despejar el paisaje", según una fuente comunitaria, que cree que debido a la crisis económica saldrán favorecidos los partidos que están en la oposición en sus países, así como los grupos o formaciones euroescépticas.

Pöttering pidió hoy que esos comicios al PE consigan "una buena participación" ya que solo una UE "fuerte y eficaz" puede defender los intereses comunes en todo el mundo.

Tras esas elecciones europeas, la cumbre comunitaria de junio empezará los debates sobre el nombre del futuro presidente de la Comisión Europea, aunque "todos dan por hecho" la continuidad del actual responsable, el portugués José Manuel Durao Barroso, añadió la fuente diplomática.

Septiembre traerá las elecciones legislativas alemanas, unos comicios muy importantes, no solo porque Alemania es el país más poblado y rico de la UE, sino también porque podrían suponer el final del gobierno de "gran coalición" entre socialcristianos y socialdemócratas que dirige Angela Merkel.

Pocos países comunitarios celebrarán elecciones legislativas en 2009 y solo Alemania entre los "grandes", lo que da "más estabilidad" a la Unión, según la fuente comunitaria, que apunta a una posible convocatoria de comicios anticipados en el Reino Unido.

En octubre se espera el segundo referéndum irlandés sobre el Tratado de Lisboa, una consulta sobre la que recaen todas las miradas de los europeos.

La cumbre comunitaria de diciembre acordó que, si Irlanda ratifica el texto, la UE dará marcha atrás en sus planes para recortar el tamaño de la Comisión Europea, de forma que esta institución seguirá teniendo un miembro por cada país comunitario.

Noviembre será el momento en que asuma sus funciones la nueva Comisión, el órgano ejecutivo de la UE, y aunque se da por segura la continuidad de Barroso diversas fuentes anticipan que habrá bastantes caras nuevas.

La entrada en vigor del Tratado de Lisboa pondría en marcha una reforma institucional de gran importancia en la UE, que tendría por primera vez un presidente estable del Consejo Europeo.

Este presidente del Consejo asumiría buena parte del papel que actualmente ejerce cada seis meses el presidente de turno.

Además, la jefatura de la diplomacia de la UE, que actualmente ocupa Javier Solana, se denominaría Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad y ejercería también una de las vicepresidencias de la Comisión Europea.

Suecia, el país que ejercerá la presidencia rotatoria durante el segundo semestre del año, ya ha advertido que organizará una cumbre extraordinaria en la primera semana de noviembre para estudiar el nombramiento de esos dos cargos.

Al frente de la diplomacia comunitaria, sigue la incógnita de la continuidad de Solana en el cargo, cuyo mandato concluirá el 31 de octubre, como se limita a señalar sin dar más detalles su portavoz, Cristina Gallach.

En cuanto al presidente de la UE, el puesto está destinado a un ex jefe de Gobierno, y la Unión Europea busca a una personalidad con "visibilidad" y reconocimiento en el exterior, lo que limita bastante las posibilidades.

Los nombres que suenan siguen siendo los ya mencionados en el último año, como el ex primer ministro británico Tony Blair, o Jean-Claude Juncker, jefe del Gobierno luxemburgués y presidente del Eurogrupo (los países que tienen al euro como moneda común), según la fuente diplomática.