La Policía libera a un empresario retenido en Guadalajara por empleados de su hermano

Guadalajara.-  El empresario Javier Saboya tuvo que ser liberado esta mañana por agentes de la Policía después de que fuera retenido durante dos horas por unos cien empleados del grupo AVICU, del que es máximo accionista su hermano Jesús María Saboya, que no cobran sus salarios desde hace cuatro meses.

Javier Saboya permaneció retenido en su despacho de la empresa Gestión de Envases, también perteneciente a la familia, hasta que agentes de la Policía Nacional y de la Local acudieron a su llamada para sacarle de allí escoltado ante la presencia de los trabajadores en el pasillo y puerta de acceso.

El empresario salió entre los gritos, quejas e insultos y amenazas de los trabajadores del grupo del que su hermano es el máximo accionista.

En su salida se produjo algún forcejeo entre la Policía y varios empleados de AVICU, que no querían dejar salir a Javier Saboya, al que recordaron que están sin dinero porque no cobran y algunos corren el riesgo de perder su casa por no poder pagar las hipotecas.

A preguntas de los periodistas que se encontraban en el lugar, Javier Saboya explicó que ha hablado con su hermano, que hoy se encontraba en Toledo y que le ha dicho que mañana se reunirá con los trabajadores por la tarde.

También ha señalado que su hermano le ha comunicado que intentará pagar las cuatro nóminas que adeuda a la plantilla de AVICU, de unos cuatrocientos trabajadores, y le ha explicado que negocia para levantar los embargos que tiene de Hacienda y poder pagarles.

Javier Saboya explicó que su hermano intenta solventar la situación que sufre este grupo avícola, que cuenta en Guadalajara con matadero de pollos, granja y fábrica de piensos, si bien ha reconocido que el que Jesús María Saboya esté evitando tratar directamente con los trabajadores no es lo más correcto.

"Se trata de una medida desesperada, vamos camino de cinco nóminas sin cobrar, la gente llora porque les quitan las casas y no pueden dar de comer a sus hijos, viene la Navidad y no podemos celebrarla", dijeron a EFE algunas de las trabajadoras afectadas a la puerta de la fábrica.

Entre gritos de "cerrad la puerta", "que no se vaya" e improperios e insultos como "sinvergüenza", "delincuentes" y "ladrones", los trabajadores trataron de impedir, sin éxito, que Javier Saboya abandonará la empresa, lo que finalmente pudo hacer custodiado por la Policía.

Los trabajadores se quejan, fundamentalmente, de que Jesús María Saboya, el máximo accionista del grupo Avicu, haya "desaparecido y de que nunca haya dado la cara", y exigen que se reúna con ellos "porque las familias nuestras no se mantienen del aire", dijeron.

Desde primeros de noviembre los casi 400 empleados de la plantilla de Avicu van cada día a fichar, pero, no trabajan porque "no tenemos nada que hacer", aunque dicen estar convencidos de la viabilidad de la empresa.