Incidentes en la primera jornada del juicio en Francia contra once presuntos etarras

París.-  La primera jornada del juicio contra once presuntos miembros de ETA acusados de formar parte del aparato logístico, incluido el antiguo jefe de esta estructura Félix Ignacio Esparza Luri, se vio alterada hoy por incidentes, sobre todo la negativa de diez de ellos a estar presentes en el tribunal.

Los diez encausados que se encuentran encarcelados se negaron a volver al Tribunal Especial de lo Criminal de París en la sesión de la tarde en protesta por los registros integrales a que se les somete cada vez que se disponen a entrar en la audiencia.

El presidente del Tribunal, Jean-Pierre Getti, que envió una secretaria judicial a los calabozos del Palacio de Justicia para instarles a que estuvieran presentes en la vista, decidió reanudar la sesión de la tarde con dos horas de retraso con la lectura del acta de acusación en el punto en que se había dejado por la mañana.

Al saberse que el grupo de diez no se sentaría en el banquillo, la cuarentena de personas del público -esencialmente familiares y amigos- se levantó, se puso a cantar el "Eusko Gudariak" con el puño en alto y abandonó la sala.

De los imputados, sólo siguió en la audiencia Claude Recart, de nacionalidad francesa, el único que comparece libre, en su caso bajo control judicial.

Getti había advertido previamente a Recart que si se ausentaba se le consideraría en fuga y se le juzgaría en rebeldía.

El magistrado avanzó que una vez finalizada la sesión de la tarde la secretaria judicial informaría de su desarrollo a los otros diez, y que mañana se intentará de nuevo que vuelvan al tribunal.

Por la mañana Esparza Luri ya había amenazado con no aparecer de nuevo en la audiencia, pero en ese caso era porque el presidente no les había dado la palabra, como habían pedido, para hacer una declaración.

Getti les reiteró que podrían hablar cuando les correspondiera. Habían tenido ocasión de intervenir al inicio del proceso, cuando se procedió a la identificación de cada uno de los encausados, pero la mayor parte de ellos se negaron incluso a levantarse.

Algunos, como el mismo Esparza Luri, replicaron cuando se decía que tenían nacionalidad española con un "nacionalidad vasca".

Con la lectura del acta de acusación se dieron a conocer algunos elementos de prueba en los que se basa la acusación de este etarra -ya ha sido condenado en Francia a 17 años de cárcel- por el cargo de extorsión a empresarios.

Se trata de documentos de la contabilidad que él llevaba del aparato logístico, en los que aparecen anotaciones sobre dos extorsiones por las que había recibido 18.000 y 24.000 euros respectivamente.

También aparecen cartas requisadas a Esparza Luri referidas al cobro de 12.000 euros a una empresa familiar del sector de la construcción a la que se habían reclamado en total 36.000 euros, y a las amenazas para exigir que se abonara el resto de la suma, así como propuestas para hacer el pago en plazos.

Este etarra de 45 años, arrestado el 2 de abril de 2004 en Saint Paul de Dax (suroeste de Francia), había estado al frente del aparato logístico desde la caída en septiembre de 2001 de su predecesor, Asier Oyarzábal.

Sobre los otros diez encausados no pesa el cargo de extorsión, pero sí sobre ocho más el de receptación de fondos obtenidos del cobro del llamado "impuesto revolucionario", unidos a cargos como pertenencia a una organización terrorista, tenencia de armas y explosivos, receptación de coches robados o uso de documentación falsa, todo ello con fines terroristas.

El punto de partida para desmantelar la estructura a cuyos miembros se juzga esta semana y la próxima fue el arresto, el 22 de enero de 2003, de la mujer y más estrecha colaboradora de Esparza Luri, Laurence Guimon, junto al también etarra Ismael Berasategui en una casa de campo de Estialescq, cerca del País Vasco francés.

El 30 de julio de ese año fueron capturados en Cahors (sur) Juan Miguel Illarramendi Zabaleta, José Cándido Sagarzazu Gómez y Claude Recart, y el 16 de noviembre también de 2006 se arrestó en Espiens (sur) a Mikel Uzkudun Lizalur e Ígor Letona Biteri.