La integración energética latinoamericana vuelve a una cumbre regional

Río de Janeiro.-  La integración energética latinoamericana es todavía una promesa vaga para millones de habitantes de la región y será uno de los temas centrales de la Cumbre de Latinoamérica y el Caribe, pero los escépticos consideran que hay pocos resultados que esperar.

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La cumbre se celebrará el 16 y 17 de diciembre en Costa de Sauípe, balneario cercano a la ciudad brasileña de Salvador de Bahía (noreste).

"No se puede dejar de reconocer que en el tema energético no hubo integración, sino una gran decepción", señaló a Efe el ex canciller brasileño Luiz Felipe Lampreia.

El diplomático atribuye este fracaso en parte al Gobierno del presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007) cuya "política de precios subsidiados y desincentivo a la inversión extranjera" impidió que Argentina ampliara su oferta de gas natural para su propio consumo y para Brasil, Chile y Uruguay.

"Se creó un agujero que causó desequilibrio en la región en una integración energética que era muy promisoria y quedó muy perjudicada", afirmó.

Para Lampreia, que fue canciller entre 1995 y 2001, cumbres como la de la próxima semana en Brasil cumplen una finalidad, "pero no es bueno crear expectativas" ni esperar "resultados espectaculares".

Pero el Gobierno brasileño es más optimista. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha dicho que la región busca "avanzar rápidamente en proyectos innovadores y de gran alcance, en áreas prioritarias como integración financiera y energética".

Su asesor para asuntos externos, Marco Aurelio García, señaló recientemente la "gran paradoja" de una región rica en recursos y con crisis energéticas en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

"Tenemos el mayor potencial del mundo y sin embargo todavía no hemos resuelto nuestros problemas de energía", dijo García a la estatal Agencia Brasil de noticias.

Algunos países de Sur y Centro América mantienen pequeñas interconexiones eléctricas, mientras que Bolivia es hoy el principal exportador regional de gas natural, con la venta de 30 millones de metros cúbicos diarios para el sediento mercado brasileño.

También hay sobre el papel una maraña de proyectos hidroeléctricos, de biocombustibles, nucleares y de crudo y gas en diversas fases de gestación.

Mientras, Brasil se consolida como una potencia energética emergente y le disputa a Venezuela su hegemonía regional en el negocio de los hidrocarburos, al tiempo que trata de consolidar la propia integración de su vasto territorio en materia de energía.

Según el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao "Brasil presenta amplias condiciones para mantener a largo plazo su autosuficencia energética".

Por eso invierte con fuerza en sus propias obras para garantizar el suministro a una población que llegará a 240 millones de personas en el 2030, destacó.

Como señaló a Efe el especialista en energía Francisco Ebeling Barros, "para Brasil esa integración (regional) es menos importante que para otros países", pues tiene como arreglárselas bien solo.

La gigante estatal Eletrobras estima que América del Sur deberá invertir 40.000 millones de dólares en la generación de 15.000 megavatios (MW) y el tendido de 10.000 kilómetros de líneas de transmisión.

La empresa ya firmó acuerdos bilaterales con Argentina, Perú y Venezuela, y estudia proyectos en Colombia, Guayana y Uruguay, señaló el superintendente de operaciones de Eletrobras, Sinval Zaidan Gama.

"Tenemos como prioridad desarrollar proyectos para traer energía a Brasil, incentivar la industria nacional y exportar equipos y servicios", dijo.

Para el economista Marcelo Coutinho, coordinador del Observatorio Político Suramericano (OPSA), la integración física se tornó más importante en los últimos años por la dificultad de profundizar la liberación comercial, a causa de gobiernos "nacionalistas y proteccionistas" en algunos países.

El modelo netamente comercial "fue sustituido por uno más estructural, donde la integración física y energética tiene un papel central", anotó.

Pero Brasil, gran motor de esa integración, encontró grandes reservas de gas natural y petróleo que lo dejaron en situación más confortable, lejos de aquella crisis de comienzos del 2000 que le habían llevado a buscar energía en sus vecinos, señaló Coutinho a Efe.