Golosinas para vivos y para muertos: de los buñuelos al magosto de difuntos

León.-  Cada festividad religiosa lleva consigo un recetario, y estos días de Todos los Santos y de Difuntos se aliñan en la provincia de León con buñuelos, huesos de santo y magostos.

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(EFE)

Los pasteleros Cesar García padre e hijo posan junto a bandejas llenas de huesos de santo, panellets y buñuelos, los dulces con más tradición en el día de Todos los Santos en León.

El más curioso de los magostos era antaño el de Difuntos, según narra a EFE Joaquín Alonso, escritor y etnógrafo.

El "magosto de difuntos" era una costumbre rural del área berciana que consistía en dejar la puerta de la casa abierta en la noche previa al Día de los Difuntos, con el fin de que entrasen en ella las ánimas y se calentasen al lado de la chimenea.

El fuego, el llar, se mantenía toda la noche encendido y al tiempo, sobre la mesa contigua, se dejaban unas castañas asadas para el goce de los visitantes. Esa era una tradición que ha entrado en desuso, según comenta el experto.

Lo que si se mantiene -con variantes según los lugares- es el inicio de los magostos por la fecha de Todos los Santos, para compartir y gozar en grupo las castañas asadas de la nueva cosecha.

Antaño -según Joaquín Alonso- tras el asado, el banquete de las castañas y "unos traguines" de vino o licor, los asistentes practicaban un curioso juego al corro, el "esconde", en el que el objeto escondido era precisamente la castaña asada.

Hoy los magostos continúan, a veces enriquecidos incluso por actuaciones musicales, pero van entrando nuevas modas y celebraciones, llegadas a veces de la mano de la colonización televisiva o cinematográfica como el Halloween.

Castañas, flores... y pasteles para honrar a nuestros antepasados y satisfacer nuestros apetitos, porque estas festividades van ligadas a los buñuelos, huesos de santo y los "panellets" mediterráneos que llenan las vitrinas de las más de 50 pastelerías de León y las excelentes confiterías de Astorga, Ponferrada u otras poblaciones del territorio.

Miles de kilogramos de golosinas para atenuar la pena, ya que hay alguna pastelería comercializa hasta 700 kilogramos de dulce, según comenta el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Pastelería de León, Gustavo de la Fuente.

De la Fuente ha asegurado que la crisis económica provocará un descenso en las ventas con respecto a los años anteriores, o al menos la situación en la que encuentran inmersas la las familias leonesas dará lugar a un consumo moderado de estos productos que no generarán beneficios superiores a los de 2007.

Los buñuelos son los preferidos por lo leoneses, rellenos de nata, crema o trufa, se podrán adquirir por un precio de 21 euros el kilogramo, mientras que los huesos de santo y los panellets ascienden su precio hasta los 27 euros el kilogramo.

Estos últimos, de origen catalán, han comenzado a cobrar un gran protagonismo en la celebración leonesa, ya que en la ciudad se comercializan desde hace diez años con un aumento gradual de su popularidad cada ejercicio.

A los tradicionales pasteles, se suman además aquellos decorados con motivos referentes a la fiesta de Halloween, que en un intento de invasión de las costumbres españolas llega hasta las pastelerías leonesas en forma de calabazas de chocolate.