Los objetos cotidianos cobran vida con "Stomp" que une teatro, danza y humor

Santander.-  Cajas de cerillas, escobas, cubos de basura y botellas de agua se convierten en instrumentos de percusión en "Stomp", un espectáculo en el que los objetos cotidianos cobran vida y que llevará, a partir de mañana, su particular mezcla de música, teatro, danza y humor al Palacio de Festivales de Santander.

ampliar foto

(EFE)

Los integrantes del espectáculo STOMP, una combinación única de percusión y movimiento a partir de utensilios cotidianos, tras la rueda de prensa que ofrecieron hoy para presentar su actuación del próximo fin de semana en el Palacio de Festivales de Cantabria.

"Stomp" nació en 1991 en la ciudad inglesa de Brighton de la mano de dos animadores de calle, Luke Cresswell y Steve McNicholas. Casi tres décadas después es todo un fenómeno internacional que ha visitado escenarios de 42 países y ha atraído a más de nueve millones de espectadores.

Ahora podrá verse, por primera vez, en Cantabria, dentro de una nueva gira española que ya ha recalado en Palma de Mallorca, Lleida, y Cádiz, y que finalizará, en diciembre, en el Auditori de Girona.

En el Palacio de Festivales se ofrecerán siete representaciones a partir de mañana y hasta el próximo domingo de un espectáculo que va más allá de la percusión, ha destacado hoy uno de los bailarines-actores de la compañía, el austríaco Johannes Bohun.

A su juicio, "Stomp" es un espectáculo "inclasificable" que integra la danza, el teatro y ese sentido de la ironía que caracteriza a la comedia británica y que puede llegar a todos los públicos porque trabaja con un lenguaje universal, el del ritmo.

Desde que fue representado por primera vez no ha parado de incorporar nuevos elementos dentro de un espectáculo en el que la improvisación tiene un peso importante.

"Es un cuarenta por ciento de improvisación. El show del miércoles no va a ser lo mismo que el domingo", ha subrayado Bohun, quien cree que eso es "lo maravilloso" de una propuesta que también incluye coreografías "muy precisas", que no cambian nunca.

En "Stomp" hay nueve bailarines en escena de un elenco de doce que va rotando, algo que, en su opinión, ayuda también a "mantenerlo fresco". Ellos son los encargados de transmitir al espectador la idea de que "existe un mundo paralelo, de que una escoba no es sólo una escoba y de que las cosas que nos rodean tienen una vida propia".