250 ONG promueven una iniciativa para prohibir las bombas de racimo

Belgrado.-  Una iniciativa para convencer a los gobiernos de los países de Europa de apoyar un acuerdo para prohibir las municiones de racimo fue propuesta hoy por 250 ONG en Belgrado con el objetivo de que sea firmado el 3 de diciembre en Oslo.

ampliar foto

(EFE)

Una bomba de racimo lanzada por Israel sobre el Líbano en la guerra del verano de 2006.

De la capital serbia partía hoy un microbús, denominado "The Ban Bus", con representantes de la "Cluster Munition Coalition" (CMC), una red de 250 organizaciones no gubernamentales de numerosos países del mundo, que recorrerá 10.000 kilómetros por 21 países europeos para reunir el apoyo público y político a este proyecto.

"Algunos de los países de la ruta de 'Ban Bus' apoyan el proceso, pero muchos no, entre ellas Grecia, Turquía y Polonia. Parte del objetivo de nuestro autobús es explicar a los pueblos de esos países la necesidad de que sus gobiernos aumenten el interés por este asunto", declaró a Efe Daniel Barty, representante del organizador.

Este activista que ha trabajado con los supervivientes de bombas de racimo en Asia, será uno de los pasajeros del "Ban Bus", junto con John Rodsted, ganador de importantes premios de fotografía y documentales que durante 20 años ha trabajado en zonas afectadas por esas armas, y Branislav Kapetanovic, un ex zapador serbio víctima de una de ellas, que le amputó las cuatro extremidades.

La iniciativa del "autobús" se enmarca dentro del denominado "Proceso de Oslo", iniciado en febrero del año pasado en la capital noruega con el fin de ilegalizar la producción, el uso, la distribución y el almacenamiento de las bombas de racimo, y destruir los actuales arsenales.

Esas municiones son definidas como las armas convencionales más mortíferas. Mucho más de la mitad de sus víctimas son civiles, y un tercio de ellos, niños.

Desde el año pasado se ha conseguido el apoyo de 107 países, entre ellos España, para el histórico tratado de prohibición global de las bombas de racimo.

"Estados Unidos, Rusia y China son probablemente los países más reacios (a respaldar el proceso de Oslo) y, posiblemente, no firmarán el contrato", dijo Barty.

"La experiencia y la historia muestran que siempre hay países que no apoyan procesos sobre armas. No obstante, normalmente esas armas llegan a ser tan estigmatizadas que hasta los países que no quieren firmar ya no las usarán en los conflictos, como fue el caso con las minas antipersonales", indicó.

Además "también se reduce el posible mercado, de modo que los productores dejan de gastar dinero para las investigaciones y el desarrollo de esos tipos se armas".

Las bombas de racimo son especialmente letales porque al caer liberan gran cantidad de pequeñas municiones que se dispersan en un amplio radio y que no necesariamente explotan al impactar en el terreno, sino que suponen un peligro durante años y décadas después del conflicto, similar a las minas antipersonales, cuya prohibición se alcanzó en 1997.

Serbia fue elegida como el punto de partida del "autobús" como país que se vio afectado por esta munición en 1999, durante el bombardeo de la OTAN por la crisis de Kosovo, en el que la Alianza Atlántica lanzó contra Serbia más de mil bombas que se fragmentaron en 350.000 de las llamadas submuniciones, y todavía hay bastante zonas contaminadas.

Según los datos de la CMC, más de 14 países han empleado bombas de racimo, y 76 almacenan millones de esas armas. Un total de 34 países han producido 210 tipos de las municiones de fragmentación, y unos 25 países están afectados por ellas.