Los nuevos vinos de la D.O. Monterrei irrumpen en el mercado rompiendo tópicos

Verín (Ourense).-  La Denominación de Origen (DO) Monterrei triunfa con vinos elaborados por "cosecheros" -productores que elaboran y embotellan en bodega propia- que llegan al mercado rompiendo tópicos para demostrar que los materiales tradicionales puede combinar con la última tecnología y que los vinos ecológicos y en barrica pueden ser mejores.

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(EFE)

El "cosechero" de la Denominación de Origen Monterrei, José Luis Mateo, ante la "dorna" de madera que adquirió para recuperar la tradición de pisar las uvas con los pies sobre madera, con lo que empieza a sustituir poco a poco el acero inoxidable por la madera de roble francés en sus instalaciones cuyo vino fue incluido en la escala Parker de Estados Unidos con puntuciones de 98, para el tino, y 93 sobre cien para el blanco.

Los triunfos de Monterrei se cuentan en premios y, en el caso de José Luis Mateo, el reconocimiento a su trabajo llegó con la puntuación de 98 sobre 100 obtenida hace un año, en la escala del catador estadounidense Robert Parker, para su vino tinto "A Trave" y de 93 para el blanco de la misma marca.

Mateo inició hace 16 años la reestructuración y ampliación de los viñedos familiares con la idea de explotar la viña de una forma respetuosa con el medio ambiente y con las tradiciones.

En ese sentido, consideró que su inclusión entre los mejores del mundo, según la escala Parker, sólo es resultado de un trabajo "hecho con convencimiento y, en parte, fruto de la casualidad ya que el gurú de los vinos sólo incluye en su valoración aquellos que se comercializan en Estados Unidos y el mío acababa de entrar en ese mercado", explicó a Efe.

La bodega de Mateo, Quinta da Muradella en Verín, recibe cada año 40.000 kilogramos de uvas de viñedos propios, con las que elabora 30.000 botellas y todas ellas contienen vino ecológico certificado por el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Galicia (CRAEGA), aunque no les coloca la contra-etiqueta que lo indica "porque no quiero que sea arma para la comercialización sino una práctica normal".

Con igual naturalidad ve la inclusión de sus vinos "A Trave" en la escala Parker pues, para él, son el resultado de siglos de trabajo en viñedos situados a 800 metros de altura y en condiciones difíciles "que hacen de ellos un auténtico jardín botánico de la viticultura ya que mantienen hasta hoy las variedades de uvas del resto del valle de Monterrei, pero con fuerza superior", agregó.

Según el "cosechero" Mateo, en el mercado de Estados Unidos comienza una tendencia en el consumo de vinos hacia los frescos y más agradables para acompañar a la comida, frente a los "pastosos" y concentrados que se destacaban hasta ahora en las catas.

En ese sentido, sus vinos "A Trave" rompen varios tópicos ya que demuestran que los tintos de Monterrei pueden ser más apreciados que los blancos y por eso su producción es en un 60 por ciento de uva tinta "al revés de lo tradicional en la comarca y en Galicia", agregó.

También va contracorriente en el proceso de elaboración en el que empieza a sustituir el acero inoxidable por la madera, tanto en las barricas como en las "dornas" en las que se pisan las uvas con los pies antes de pasarlas a un tonel.

La creencia tradicional señala además que los vinos de la comarca no valen para barrica pero precisamente el tinto destacado por Parker pasó 14 meses en una barrica de madera de roble francés "y demuestra que hay que unir lo mejor de la tradición con la adecuada tecnología de hoy para obtener todo el potencial de estos vinos".

La D.O Monterrei es la de menor tamaño y de creación más reciente de las cinco que hay en Galicia y la difusión y comercialización de sus vinos "se encuentran con problemas como la falta de presupuesto del consejo regulador", agregó, aunque los premios "son tozudos" y recuerdan cada año "que no hay cosechero pequeño".

Lo mismo demostró el también "cosechero" Manuel Guerra Xusto, de 32 años, que en 2008 vio reconocido su vino blanco "Quinta do Buble" como el mejor de Galicia, en la XX Cata de Viños Galegos, en su primer año de producción.

Después de trabajar años en varias comarcas vitícolas, Guerra decidió hacerse cargo de los viñedos familiares y montar una pequeña bodega propia para elaborar y embotellar su producción.

Frente a una producción de 10.000 kilogramos de uva por hectárea, establecida por el consejo regulador como tope máximo, este "cosechero" decidió limpiar sus cepas de los racimos que exceden de los 5.000 kilogramos por hectárea.

Además cambió la composición tradicional de los vinos blancos en la que predomina la variedad "godello" para elaborar caldos con 80 por ciento de "treixadura" y sólo 20 por ciento de "godello", según explicó a Efe.

A las novedades introducidas por Guerra hay que añadir el nombre del vino premiado que es "Vía Arxentea", elegido por su dificultad "para que todo el que lo beba y le guste, tenga que tomarse el trabajo de aprenderlo", matizó.

Su producción está en cien mil botellas y su sueño es aumentarla "muy poco a poco y llegar a hacer vinos de órdago dejando en cada planta un número mínimo de racimos".