El Ejército irrumpe en las elecciones brasileñas para desplazar a las mafias de las favelas

Río de Janeiro.-  Los militares brasileños ocuparon hoy varias barriadas marginales de Río de Janeiro con el fin de evitar que las bandas armadas que operan en ellas extiendan sus tentáculos a las instituciones políticas en las próximas elecciones municipales.

ampliar foto

La actuación del Ejército y la Marina respondió a una petición de auxilio del Gobierno local para combatir las bandas de "narcos" y paramilitares -estas últimas formadas por policías corruptos y retirados-, que se disputan el poder en las favelas y amenazan a la población para que vote por sus candidatos en las municipales del 5 de octubre.

Al inicio de la mañana, cerca de 3.500 soldados llegaron a siete de las favelas más peligrosas de Río en carros blindados, tanquetas y autobuses de transporte militar.

Fusil en mano, los soldados se agazaparon junto a las esquinas y avanzaron calle por calle, desplazando a los delincuentes, que habían huido antes de la llegada de los militares, alertados por sus informantes, que vigilaban apostados en lugares estratégicos y lanzaron cohetes para avisar de la llegada de la tropa.

El capitán de la Marina Paulo Fernando Amorim de Campo explicó a Efe que espera que las tropas "cohíban las acciones indeseables" de los grupos armados, que amedrentan a la población para tratar de poner a sus secuaces en el Concejo Municipal de la segunda mayor ciudad de Brasil.

No obstante, la presencia de los militares será limitada debido a que el contingente de 10.500 soldados será insuficiente para cubrir al mismo tiempo las 27 favelas más problemáticas, según las autoridades electorales.

Los cerca de 500 fusileros navales que ingresaron hoy por la mañana en el conjunto de favelas Complejo da Maré, considerada como una de las principales puertas de entrada de la droga en Río, tienen previsto abandonar la región hoy mismo, puesto que mañana comienzan otra misión.

Las tropas intervendrán de forma rotativa las diferentes favelas hasta la segunda vuelta de los comicios, prevista para el 26 de octubre en las ciudades de más de 200.00 habitantes en las que ningún candidato a alcalde obtenga más del 50 por ciento de los votos, como se prevé será el caso de Río, según las encuestas.

La polémica presencia de los militares ha despertado miedos y suspicacias en la población, que, a excepción de los niños y adolescentes, evitó pronunciarse ante los medios, por "seguridad".

Un joven estudiante de quince años, identificado como Zé Carlos, dijo a Efe en el Complejo da Maré que la presencia de "tantos" militares "intimida a la gente humilde", aunque reconoció que los "narcos" que controlan el área estaban "presionando" a la población, de cara a las elecciones.

Rayoane, una niña de seis años, aseguró que sintió "mucho miedo" al ver tantas armas, pero su hermana Anna, de nueve, aseguró que le gusta ver a las tropas, "porque la violencia tiene que parar un poco", pues ya ha visto "muchos tiros".

Las funciones de los militares están limitadas por la autoridad electoral. No pueden registrar a los vecinos ni detener a presuntos autores de delitos comunes, a no ser que lo presencien en flagrancia.

Tampoco harán tareas de escolta de los candidatos, que han sido amenazados y extorsionados al hacer campaña en las favelas, y se limitarán a crear un "ambiente propicio" para el desarrollo libre de los comicios, en palabras de los responsables electorales.

La utilización del Ejército en tareas de seguridad recibió duras críticas de diversas organizaciones sociales, después de que en junio pasado un grupo de militares capturara a tres jóvenes en un barrio marginal y los entregara a unos narcotraficantes que los torturaron y asesinaron.