Este hombre sobrevivió al K-2... por los pelos

MADRID.-  En el K-2 se ha vivido este fin de semana una nueva tragedia, probablemente la más grave del alpinismo en los últimos años. Hay un hombre que conoce muy bien 'la montaña de las montañas', y que la ha sufrido. Allí estuvo a punto de morir. Finalmente sólo perdió los dedos de los pies. Es Juanito Oiarzábal, uno de los pocos montañeros que ha hecho dos veces cumbre en el K-2.

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Juanito Oiarzábal en el campamento base del K2, en 2004.

Situada en la frontera entre China y Pakistán, en la cordillera del Karakórum, el K-2, segunda montaña más alta del planeta (8.611 m) por detrás del Everest, posee unas características que la convierten en una de las más peligrosas de escalar. "No sólo por su altitud, sino también por su estructura piramidal", afirma Juanito. Se trata de una montaña muy técnica, requiere una gran experiencia y profesionalidad. De los 14 ochomiles, ocupa el tercer lugar en el índice de mortalidad, aunque el primero en el porcentaje de muertes durante el descenso. "Uno tiene que tener las cosas claras antes de subir", sentencia Oiarzábal. Es por eso que menos de 300 personas han conseguido completar su ascensión. "El mal tiempo entra muy rápidamente, y hay que ir muy seguro el día que se intenta subir a la cima".

El viernes 1 de agosto, tras varios días esperando el buen tiempo, una expedición compuesta por 18 alpinistas de distintas nacionalidades se ponía en marcha desde el campo 4 del K-2, a 8.000 metros de altitud, para llegar hasta la cima. Unas horas antes, de madrugada, el español Alberto Zerain había partido tras esperar en vano que alguno de los que aguardaban en las tiendas del C4 le acompañara para abrir paso, colocando las cuerdas que permitirían a los siguientes alpinistas llegar a la cima. "Ninguno quiso ir el primero", dice Juanito, así que Zerain realizó el ascenso en solitario, a un ritmo impresionante, y alcanzó la cima a las 15.00 horas. Gracias a que decidió adelantarse y abrir camino por su cuenta, ahora puede contarlo.

Los miembros de la expedición se cruzaron con él mientras descendía, y alcanzaron la cima bien avanzada la tarde. Durante la ascensión, uno de los componentes del grupo falleció al caer en la zona situada entre el C4 y la cima. Cuando iniciaban el descenso, una enorme placa de hielo se desprendía, provocando una avalancha que arrastraba las cuerdas colocadas por Zerain. El lugar del desprendimiento es "el más crítico de toda la ascensión del K-2", asegura Juanito. Es el llamado "cuello de botella", "donde hay una inclinación de 65^o, y además se acumula mucha nieve inestable. Se trata de un enclave decisivo, y el 90 por ciento de los que llegan a ese punto se dan la vuelta".

Los escaladores se encontraban atrapados en el punto más comprometido de la montaña, a oscuras, y a más de 8.000 metros de altitud. "En momentos como ése uno tiene que sacar fuerzas de donde no las hay, y demostrar su valía". Juanito ha vivido momentos como éste a lo largo de su dilatada carrera como alpinista.

En su segunda ascensión al K-2, en el verano de 2004, se desorientó durante el descenso desde la cima, y anduvo perdido durante horas buscando el campamento base. "Habíamos llegado muy tarde a la cima, hacía muy mal tiempo, y sufrí un edema pulmonar", recuerda Juanito. Como resultado de aquella difícil ascensión, "me amputaron los diez dedos de los pies". Un alto precio por someter a la "montaña perfecta", tal y como él la califica. En esta expedición participaba Edurne Pasabán, la única mujer viva que ha conseguido conquistar el K-2, y que también sufrió la amputación de dos dedos por congelación. "Se trata de mantener la cabeza fría, y no cometer errores".

En accidentes como el del pasado sábado es vital la actuación de rescate, ya que la única esperanza de supervivencia está en manos de la ayuda externa. Los alpinistas y porteadores que se encuentran en los campos base arriesgan en muchas ocasiones la vida para tratar de salvar la de quienes han quedado atrapados. Es el caso de dos de los muertos en la tragedia del K-2, un sherpa y un porteador pakistaní que fallecían al tratar de alcanzar a los montañeros atrapados cerca de la cumbre, tras haber conseguido llegar al campo 4.

En el blog oficial de la expedición española Broad Peak se podía ir siguiendo lo ocurrido de mano de los alpinistas vascos que se encontraban este fin de semana en la zona.