Todos contra Hamilton

Lewis Hamilton afronta el Gran Premio de Hungría, undécima prueba puntuable para el mundial de Fórmula 1, como consolidado número uno de la clasificación. Después de una larga sucesión de cambios de líder en las últimas carreras, el de McLaren parece contar en su haber con un plus técnico (y humano) que le ha permitido dar el tirón definitivo. Felipe Massa, Kimi Räikkönen y Robert Kubica están obligados a reaccionar en Hungaroring, mientras Alonso volverá a intentar sumar puntos en un circuito cuyo trazado, al menos, permite camuflar ligeramente los defectos de su R28.

Felix Heyder (EFE)

El británico Lewis Hamilton busca afianzar su liderazgo

No pueden con él. Ni Felipe Massa, ni Kimi Räikkönen ni, claro, Robert Kubica. Ni siquiera Heikki Kovalainen, que pilota el mismo coche. Las dos demostraciones de clase de Lewis Hamilton en los GG.PP. de Inglaterra y Alemania han pillado a media F-1 a contrapié. Nadie lo esperaba, y ni mucho menos de ese modo. Desde luego, en McLaren-Mercedes han dado con una receta técnica que parece escapar de las manos de los demás. ¿Un motor ilegal? En absoluto.

La FIA empezó a chequear los propulsores de los 20 contendientes en el mundial esta misma semana y, como mandan las normas, el primero en visitar la sede de la FIA fue el V8 del líder del mundial. Todo OK. ¿Un sistema de control del par motor camuflado tras las dos levas extra de su volante? Parece que tampoco. Mientras la Federación no pruebe lo contrario, esta misteriosa pareja de botones parece dar solución a un simple problema ergonómico: la gestión de la electrónica del motor, antes situada en interruptores separados en el anverso del volante, lo que obligaba a sus pilotos a apartar las manos para accionarlos. A todo ello hay que sumar el gran estado de forma de Hamilton, sin duda su mejor momento desde que aterrizó en F-1.

Ante McLaren, casi nada. Ferrari tentará la defensa con dos pilotos humillados por varias ocasiones en las últimas carreras, una gestión deportiva a la italiana y una afición instalada en la añoranza de los buenos tiempos. Se dice que los ferraristas sueñan ahora con recuperar la ilusión de la mano de Alonso, una afirmación que podría ser gratuita, ya que en Italia se idolatra al coche, nunca a quien se pone ante sus mandos.

Alonso, obligado a lavar su imagen

Fernando Alonso afrontará la carrera con la obligación de conseguir un resultado que lave su imagen. Sus altisonantes declaraciones contra su compañero de equipo en Alemania no fueron propias de un campeón del mundo (ni de un deportista, podríamos añadir), como bien se ha encargado de recordarle la prensa de medio mundo. El español cargó contra Nelsinho en la parrilla de salida por "no pasar de la Q3 y sumar muy pocos puntos para el equipo". Luego, al final de la carrera, renunció a felicitar a su compañero por su segundo puesto para encargarse de recordar que "ese resultado era producto exclusivo de la buena suerte", justo la compañera de viaje que le había ignorado en toda la temporada, y luego se negó a posar en la tradicional foto de celebración del equipo. El asturiano debería reflexionar, pues actitudes como esta están perjudicando, y mucho, su propia imagen. ¿La prueba? Artículos como el de Massimo Costa.

Karoly Arvai (REUTERS)

Alonso está perdiendo la clase de todo un campeón

El resultado de Alemania abre un panorama difícil a Fernando, que tenta la salida de Renault en dos frentes: Honda y Ferrari. La prioridad, claro, es ir a la escudería italiana. En caso de confirmarse la renovación de Räikkönen, el asturiano arriesgaría su carrera casándose con Ross Brawn. Difícil elección, pero nunca tan necesaria como ahora.

Entre tanto, su R28 camuflará parcialmente su pésima tracción con una aerodinámica sobrecargada, una opción clásica en el GP que abrió la F-1 a Europa del Este. Su revirado trazado asegura una carrera táctica (vamos, aburrida) si luce el sol el domingo, y el piloto que obtenga la pole mañana tiene un 60% de la victoria en el bolsillo. Eso sí, si llueve, como en 2006, nos divertiremos de lo lindo.

Por cierto, la actualidad que rodea al GP de Hungría nos confirma una noticia curiosa: David Coulthard utilizará, por primera vez en la historia de la F-1 contemporánea, un mismo motor durante tres carreras. El de Red Bull ha optado por esta singular estrategia para no tener que usar el mismo V8 en las dos pruebas más duras del año, Bélgica y Monza. Por otra parte, Heikki Kovalainen, el escudero de Hamilton, seguirá en McLaren hasta 2009. La nota trágica del fin de semana llega con el confirmado fallecimiento de William Millar, miembro de la división de I+D de Renault, en un accidente laboral en la fábrica del equipo en Enstone el pasado miércoles.

Los entrenamientos oficiales del GP magiar darán comienzo el sábado a las 14h, idéntico horario escogido para el inicio de la carrera el domingo.