Amnistía Internacional saca los colores a China a diez días de los JJOO

A diez días de que China se vista de largo con su gran cita de los Juegos Olímpicos, Amnistía Internacional saca los colores al país asiático, que sigue sin cumplir con el respeto a los Derechos Humanos, según esta organización. Pekin está utilizando la celebración de esta competición como "pretexto" para aumentar la represión contra los defensores de la libertad y la democratización del país.

Tarek Mohamed (EFE)

China no ha aprovechado la oportunidad histórica que le brindaba los Juegos Olímpicos para cambiar su imagen exterior. Según Amnistía, "la represión contra los defensores de los derechos humanos, los periodistas y los abogados se amplió a causa de la organización de los Juegos de Pekín", según se recoge en estudio 'Cuenta atrás para la Olimpiada. Promesas rotas', que la organización presentó hoy en Hong Kong.

El informe acusa al país asiático de dar una nueva vuelta de tuerca a la censura mediática, a las detenciones sin juicio y a la persecución de activistas políticos o de derechos humanos. Amnistía recoge la denuncia del Club de la prensa extranjera de China por el acoso a 230 periodistas; la creciente presión sobre los informadores chinos; la censura intensificada en internet (con el bloqueo de determinadas web en el propio centro olímpico de prensa de Pekín...)

Tampoco se ha mejorado nada en lo que a uso de la violencia se refiere. Se han intensificado las detenciones arbitrarias de opositores y se han endurecido las políticas contra lo que el régimen considera "actividades ilegales que dañan la imagen de la ciudad y perturban el orden social", lo que se traduce en la detención de mendigos, manifestantes o firmantes de peticiones de libertad.

Por todo ello, Amnistía vuelve a suspender a China en materia de derechos humanos y exige tanto al Comité Olímpico Internacional como a los líderes mundiales que se dejen de "diplomacia silenciosa" y pidan cuentas al régimen comunista, ya que, un silencio de éstos podría ser interpretado por Pekín como un "apoyo tácito" a sus actos.