Naruhito recibe con "sincero agradecimiento" la llave de oro de Zaragoza

Zaragoza.-  El príncipe heredero de Japón, Naruhito, ha recibido hoy con "sincero agradecimiento" la Llave de Oro de Zaragoza, una dignidad honorífica normalmente reservada a jefes de Estado y justificada en este caso por su visita a la Exposición Internacional Zaragoza 2008.

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(EFE)

El príncipe Naruhito, heredero del trono de Japón, recibe la Llave de Oro de la ciudad de Zaragoza de manos del alcalde, Juan Alberto Belloch, en un acto celebrado hoy en el Ayuntamiento.

En su tercera jornada en Zaragoza, Naruhito se ha despedido de la capital aragonesa tras recibir la llave de oro de la ciudad y visitar la Basílica del Pilar, donde ha contemplado las pinturas de Goya, y el Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, un edificio de 1.000 años que le ha sorprendido por su grado de conservación y coexistencia con el parlamento aragonés, según manifestó la vicepresidenta de la Cámara, Maite Pérez.

De manos del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, el príncipe heredero de Japón recibió la Llave de Oro de la ciudad en un acto en el salón de plenos del Ayuntamiento, donde expresó su más sincero agradecimiento por este "gesto" en su primera visita a la ciudad.

Durante su estancia, apuntó Naruhito, ha visitado la Expo, repleta de visitantes de todo el mundo, y ha presidido el Día Nacional de Japón y otros actos ayer, lo que le brindó la oportunidad de extender los lazos de amistad, especialmente con los españoles.

Hoy, subrayó, recibe la llave de Oro de la ciudad que le abren las puertas de Zaragoza, a la que deseó el mayor de los desarrollos y que espera visitar de nuevo para estrechar los contactos con los zaragozanos.

Belloch, por su parte, destacó la importancia que tiene la visita de Naruhito para la difusión de la ciudad y de la Expo, al tiempo que le agradeció su intervención en la Tribuna del Agua, de la que emanará la "Carta de Zaragoza", que pretende ser una llamada de atención en torno al agua.

El alcalde hizo hincapié en el compromiso de Japón con la conservación del medio ambiente, que quedó patente en el protocolo de Kioto sobre cambio climático y que se une al compromiso por la vida y el desarrollo sostenible de la Expo de Zaragoza, por lo que propuso a Naruhito hermanar a ambas ciudades.

La Expo, dijo Belloch, es una oportunidad para que la ciudad muestre su voluntad de tomar un papel más activo internacionalmente y se convierta en referente permanente como capital del agua, y Japón, agregó, ha "contribuido como pocos" a su éxito, con un pabellón que da una "hermosa lección" sobre la antigua cultura del agua en el país.

Naruhito visitó posteriormente el Palacio de la Aljafería, donde fue recibido por la vicepresidenta, Maite Pérez, que lo acompañó en un tiempo récord de 22 minutos por las principales estancias del edificio, en cuya visita se necesita normalmente una hora y media.

El príncipe heredero contempló la belleza del patio de Santa Isabel, del Salón Dorado y del oratorio, a cuyas puertas se fotografió, así como el salón del aljibe del siglo IX, donde se interesó por la restauración de unas piezas originales del palacio procedentes del Museo Arqueológico de Madrid que sufrieron pequeños desperfectos en el traslado para formar parte de una exposición con motivo del XXV aniversario de las Cortes.

El salón del Trono, con su impresionante artesonado, fue la siguiente estancia a la que se dirigió la comitiva antes de acceder al Salón San Jorge y al hemiciclo, donde la vicepresidenta le explicó la composición de la Cámara, con cinco grupos parlamentarios -PSOE, PP, PAR, CHA e IU- y la distribución de los escaños.

Por la mañana, Naruhito acudió por tercer día a la Expo como espectador a un espectáculo infantil titulado "Mañana" y protagonizado por la mascota de la muestra, Fluvi, junto con las de la Expo de Aichi 2005, Morizo y Kiccoro, sobre la necesidad de conservar los bosques llenos de vida y el agua limpia para el futuro.

Naruhito contempló la actuación rodeado por varios niños, de quienes recibió una mascota de la Expo, que le entregó en nombre de todos ellos Pablo Calvo.